La postal era la típica imagen de gente cosechando entre los parrales. Todo parecía algo normal, hasta que una persona anónima llamó por teléfono a la Policía avisando de que ladrones estaban robando en esa finca de Campo Afuera, Albardón. Los uniformados de la Seccional 18va fueron al lugar, pero el casero dijo que no había nadie y estaba todo bien. Los efectivos dudaron y entonces ingresaron para cerciorarse, pero a poco de entrar vieron a cuatro jóvenes que cosechaban uva y que ya habían cargado 15 cajones de 20 kilos en una combi manejada por otro joven. Los supuestos cosechadores se asustaron. Y no era para menos, ninguno era empleado de la finca, sino que estaban robando con la complicidad del casero, indicaron en la Policía.
Esto pasó el lunes pasadas las 20.30 en una finca ubicada en la calle Costa Canal en el distrito albardonero de Campo Afuera. Los policías confirmaron que se trataban de ladrones en ese mismo momento, dado que llamaron a la dueña de la propiedad y ella misma les dijo que no había autorizado a nadie a entrar a la finca y menos a cosechar, explicaron.
Fue así que todos terminaron detenidos en la Seccional 18va. Los primeros en marchar presos fueron los presuntos ladrones: Gastón Aballay y Jorge Páez, ambos de 23 años, y dos adolescentes que los acompañaban, indicó la Policía. En la redada también cayó José Gómez, de 21 años, el chofer de esa Renault Trafic en la que cargaban la uva, según las fuentes. No se salvó ni el casero, de nombre Horacio Aballay, de 56 años, de quien sospechan se prestó para dejar entrar a los jóvenes a la propiedad, revelaron. Durante el procedimiento, los uniformados secuestraron las tijeras que utilizaron para cortar los racimos, la Trafic en la que se movilizaban y 15 cajones de 20 kilos con uva Red Globe, indicaron en la comisaría.
Al parecer, alguien que los conocía los delató. De ahí ese llamado anónimo. Los policías indicaron que el casero trató ocultar lo que pasaba y por eso les dijo que estaba todo bien. Pero como tenían sospecha, entraron y después se contactaron con la dueña de la propiedad, de apellido Barceló, y fue ella la que confirmó que esas personas no podían estar en la finca. Tanto los cuatro mayores como los dos menores quedaron imputados del delito de hurto agravado.
