Tres delincuentes tomaron por asalto ayer al mediodía un avícola de Chimbas y se apoderaron de cerca de 15.000 pesos. El dueño del negocio fue golpeado y maniatado junto a un empleado. También redujeron a un cliente al que le quitaron la llave de su coche. Los ladrones escaparon con el botín a bordo de una camioneta de la firma, la que minutos después apareció abandonada en un barrio cercano de ese departamento.
El asalto a mano armada fue contra el predio comercial ‘Yemas del Sol’ sobre la ruta nacional 40 al 3293 Norte, cerca de calle Centenario. Brígido Lorenzo (64), el dueño, y su empleado Carlos Tejada estaban atendiendo al último cliente para cerrar, cuando aparecieron a pie esos tres sujetos que llevaban lentes oscuros y gorras. No les dieron tiempo a nada. ‘A mi papá lo agarraron del cuello, lo ahorcaron y lo tiraron al piso’, relató Diego Lorenzo. A todos los encañonaron. Uno de los asaltantes se quedó vigilando al cliente, a quien le quitaron la llave de su auto Fiat Uno, mientras que otro ladrón llevó a Brígido Lorenzo y al empleado a otra parte del local para luego atarles las manos con alambres, según las versiones. Un tercero permaneció en la entrada ‘haciendo de campana’.
Diego Lorenzo contó que los ladrones sacaron cerca de 15.000 pesos en efectivo de la caja. Esa era la recaudación de la mañana. En el momento en que se disponían a escapar, Brígido Lorenzo se liberó y alcanzó a golpear a uno de los delincuentes, a quien se le cayó el revólver.
El empresario intentó agarrar el arma, pero fue atacado de atrás por el otro ladrón que le pegó dos cachazos en la cabeza y lo redujo nuevamente, relataron. Recién ahí, los desconocidos se abrieron paso hacia la camioneta Toyota Hilux de la empresa y escaparon a toda velocidad en ese vehículo hacía la ruta 40.
Minutos más tarde, los policías de la Comunal de Chimbas encontraron el rodado abandonado sobre calle Charcas, entre Cabildo y Oro, en Villa Nueva Argentina. Le faltaba la llave, también habían revisado la guantera.
El más preocupado era Diego Lorenzo, el hijo del empresario. ‘A mi papá lo golpearon, pero pudo ser peor. Hace dos meses, aquí en la puerta también asaltaron a un empleado y le quitaron la moto. Así no podemos trabajar, los robos son permanentes y se llevan de todo. La verdad es que no sabemos qué hacer, ya no se puede vivir’, afirmó.