Eran minutos después de las 21, cuando la mujer habló por celular con su marido. Él le contó que estaba tomando el colectivo para volver a casa; ella le dijo que había salido a caminar. Pasada media hora el hombre volvió a llamarla, extrañamente no contestó. Al llegar a su domicilio notó que no estaba ahí. Eso lo preocupó, tanto que le hizo varios llamados y envió mensajes, pero tampoco obtuvo respuestas. Asustado, se subió a su bicicleta y tomó el camino que solía hacer su señora. Metros al Norte de Vidart y 6, vio las luces de una patrulla policial. Se acercó imaginando cualquier cosa, pero jamás que su esposa estuviese ahí. Menos que tuviese la cara hinchada y ensangrentada, y lo que es peor, que le relatara llorando que un sujeto la había asaltado y violado al costado de la calle.

El dramático episodio sucedió el viernes a la noche. La víctima fue una madre de 34 años que acabó con cuatro puntos de sutura en la boca, moretones en todo el cuerpo y las heridas propias de ultraje sexual que sufrió por parte de ese delincuente que la atacó en un baldío situado en calle Vidart, entre 5 y 6, Pocito, confirmaron fuentes policiales. Anoche, la mujer continuaba internada.

La mujer tenía la rutina de salir a caminar. El sujeto también andaba a pie, llevaba una gorra y se cubría parte del rostro con el cuello de su campera, relató un familiar de la víctima. Según la versión, la amenazó con un revólver y la llevó a los tirones hacia ese terreno abandonado, rodeado de fincas y donde casi no hay luz. ‘Le quitó el celular, pero quería plata. Como ella se defendía, empezó a pegarle trompadas y, cuando cayó al suelo, le pegó patadas en la cabeza’, relató un allegado al caso.

El desconocido estaba fuera de sí, pues la lanzó dentro una cuneta donde todavía había agua y comenzó a manosearla y a desvestirla. ‘Ella le tiraba hasta tierra en la cara para defenderse y el tipo seguía pegándole. Le decía: ‘Quedate quieta o te mato‘. Y cada vez que pasaba un auto le tapaba la boca’, señalaron. Al final, el ladrón logró violarla y luego fugó llevándose su celular. Dos mujeres la auxiliaron minutos más tarde y llamaron a la Policía. Para cuando llegó su marido, ella estaba muy lastimada y con la ropa toda mojada.