Un verdulero, Fabián Gómez y un fletero, Guillermo López, ambos de entre 30 y 35 años de edad, y un menor de edad se convirtieron en los nuevos detenidos por el caso del secuestro y crimen de Candela Rodríguez.

Fue luego del aporte que hizo un remisero con antecedentes penales que había sido demorado por unas horas y que ahora pasó a ser testigo protegido.

Según fuentes judiciales, Gómez sería el raptor y tendría vínculos con el uruguayo Hugo Bermúdez, supuesto autor material del homicidio. En tanto, el adolescente, sería el extorsionador que hizo el llamado amenazando matar a la niña si no le entregaban la plata. Se lo conoce como “Marquitos”.

Se espera que en las próximas horas sea sometido a una pericia de voz para saber si fue él quien efectivamente llamó para avisar que “ahora sí que no van a volver a verla nunca más” y reclamó el pago de un dinero.

El llamado, que fue atendido por una tía de Candela, habría sido realizado desde un locutorio cercano a la Estación Retiro, según trascendió ahora.

Los dos hombres mayores, están sindicados como “partícipes necesarios” en el crimen de Candela y tendrían antecedentes por delitos con la modalidad “piratas del asfalto”, la misma por la cual purga una pena en prisión el padre de la niña.

Estas nuevas detenciones, que elevaron a seis los arrestados en la causa, se realizaron tras una serie de allanamientos en el barrio bonaerense de Hurlinghan y el aporte de un remisero con antecedentes penales que había sido demorado por unas horas y que ahora pasó a ser testigo protegido.

Así lo revelaron a DyN fuentes del caso, que señalaron que el remisero y su mujer quedaron demorados por la tenencia de un arma, pero se los interrogó como testigos en el caso de Candela y el hombre pudo aportar datos que tendrían que ver con la banda que secuestró a la nena.

Incluso, al remisero le mostraron fotos con personas con antecedentes y marcó a varias; más tarde se convirtió en uno de los beneficiarios del programa de Protección de Testigos, pero su familia teme un castigo contra ellos y también pidieron custodia ante eventuales represalias, dijeron las fuentes.
Desde la tarde, el fiscal Tavolaro les tomaba declaración indagatoria para esclarecer qué grado de vinculación tuvieron con el caso.

Según se supo anoche, el verdulero proclamó su inocencia.
Al verdulero y fletero se le secuestraron computadoras, teléfonos y hasta una camioneta para ser peritados y sometidos a estudios de ADN. Excarcelados pero implicados en el “encubrimiento” del secuestro y el crimen, siguen el tornero Alfredo Monteros y su hijo y el fletero Gustavo Valenzuela, quienes habían ido a la casa de Kiernan para retirar objetos ofertados por la dueña de vivienda.