Germán Martínez trata de mantenerse firme, pero no puede evitar quebrarse al hablar de su hermano Gonzalo (25), quien el pasado sábado fue asesinado por su ex de un ladrillazo, en un barrio de Pocito. Ante las declaraciones de Gabriela Núñez, la atacante que afirmó que sufría violencia de género, aseguró a DIARIO DE CUYO: “No hace falta hurgar tanto en el pasado, fue un crimen”.

“Nosotros veíamos una relación normal, aunque con algunas idas y venidas. Mi hermano estuvo varias veces con lesiones, él decía que no pasa nada y después no enterábamos que había tenido problemas con su pareja. Sé que hubo denuncias cruzadas entre ellos, pero su relación íntimamente no la conozco bien”, confió Germán, el primero de los familiares de la víctima que habló públicamente tras el crimen.

En cuanto a las acusaciones de Núñez, quien aseguró ante el juez que su ex “no era un papá responsable, él era violento con mis hijos. Siempre era lo mismo, amenazas, golpes… ya me tenía cansada”; Germán comentó que, “si hubiese sido como dice ella, hubiese ido a la Justicia, no hubiese hecho lo que hizo”.

Y agregó: “Yo no le creo. Nosotros no hemos sido criados de esa manera, somos gente de bien, gente trabajadora. Y yo sé lo que era mi hermano, escuchar lo que ella dice me duele mucho. Creo que a todas las acusaciones las inventa para intentar salvarse”.

Para aclarar, luego: “Lo único que yo pido es que se haga justicia y nada más. Si mató que vaya presa como corresponde. No hace falta hurgar en el pasado, fue un crimen”.

La historia de Gonzalo Martínez

“Mi hermano, era el más chico, el que siempre estaba con nosotros en todo. Era alegre, buen amigo…”, de ese modo definió Germán a Gonzalo.

Y sobre su vida explicó: “Nosotros somos 8 hermanos y muy unidos, porque desde chicos nos quedamos sin nuestra mamá. Nos hemos criado entre nosotros, los más grandes a los más chicos y viceversa, porque a veces mientras los más grandes trabajaban, los más chicos hacíamos la comida para todos”.

En cuanto al estado en que se encuentra su padre, sostuvo que “está como en shock, se encierra, está callado, habla muy poco”.

Además, se animó a contar que “nosotros vivimos a unas 10 cuadras de donde sucedió todo. Esa mañana -por la del sábado pasado- vino un conocido de mi viejo y dijo que mi hermano había tenido problemas con su señora, en su casa. Fui a ver qué pasaba para ayudarlo y cuando llegué me encontré con su cuerpo tapado”.