La jueza María Inés Rosselot, a cargo del Quinto Juzgado de Instrucción, será la encargada de tomarles hoy declaración a los padres del bebé de 18 días que llegó sin vida el martes 21 pasado a un centro asistencial de Rawson. Así, la magistrada intentará descifrar qué fue lo que sucedió ese día y determinará si la muerte de la criatura se trató de un deceso accidental o un crimen.

En el día de ayer estaba previsto que José Antonio Garrido (18) y María Agustina Gil (19), padres del pequeño, comparecieran en Tribunales y dieran su versión, pero por razones administrativas se pasó para hoy su declaración, dijeron fuentes judiciales.

¿Qué puede pasar? Por un lado, la jueza puede determinar en base a las versiones que den (o no, si se abstienen de declarar) ambos progenitores, que el fallecimiento del chico se habría tratado de un accidente. Si así lo llegara a considerar, esto les abriría a los padres la posibilidad de salir en libertad.

Pero por otra parte, si la magistrada llegara a establecer que ambos tuvieron la intención de quitarle la vida al bebé con una maniobra violenta, puede declararlos culpables por el deceso y podrían recibir la pena de prisión perpetua, dijeron fuentes del caso.

La noche del martes 21 de julio pasado, Juan Ignacio Gil, de tan sólo 18 días de vida, fue llevado por sus padres hasta el centro de salud René Favaloro de Rawson. En un primer momento ellos dijeron que la criatura había muerto porque se había ahogado con leche. Pero después que una médica lo revisara, encontró lo que parecía un golpe en la frente y sangre en la nariz. Ahí, ordenaron la detención de los progenitores.

La madre, María Agustina Gil (19) en su momento habría contado a su entorno que había sido su pareja, José Antonio Garrido (18), quien mató al pequeño cuando la golpeaba a ella. Sin embargo, la familia del joven lo negó de plano y acusó a la muchacha por el deceso. Ahora la tarea por averiguar que pasó realmente quedará a cargo de la titular del Quinto Juzgado de Instrucción.