El cuerpo del ciclista quedó tendido en el asfalto y creen que murió en el acto.

Era un trayecto recto de poco más de un kilómetro para ir de su casa en San Martín hasta un almacén. Pero a metros de llegar a destino todo terminó en tragedia, porque un automovilista lo atropelló y no le dejó escapatoria, con el agregado que después de embestirlo se dio a la fuga y hasta anoche no se sabía nada de él, dijeron fuentes policiales.

La víctima se llamaba Ricardo Omar Leal y faltaban días para su cumpleaños número 39. Estaba casado, no tenía hijos y trabajaba como jornalero. Ayer sus familiares estallaban de bronca mientras esperaban que les entregaran el cuerpo en la Morgue Judicial. "Ruego a Dios y a los santos que aparezca y que pague por lo que hizo. Lo más doloroso es que lo dejó tirado como un perro... lo mató y lo dejó abandonado", dijo su hermano Hugo.

La desgracia ocurrió alrededor de las 22 del último domingo, cuando Leal transitaba en su bicicleta por Sarmiento (también conocida como "calle Larga") en dirección al Este. Pretendía llegar a un almacén ubicado casi en el cruce con Mitre, en la zona sanmartiniana conocida como Villa Hilario Elorza, pero unos metros antes ocurrió lo peor.

Una vecina dijo a la Policía que escuchó un impacto (aparentemente lo chocaron desde atrás) y que cuando salió vio el cuerpo tirado en el asfalto, sin signos vitales. A un metro aproximadamente estaba la bicicleta, destruida, al punto que la rueda trasera casi se tocaba con la delantera.

Del otro vehículo solamente quedaron rastros de lo que sería una mica. Esos plásticos eran peritados para tratar de establecer de qué vehículo eran. Ayer se hablaba de un Fiat 147 y también de una vieja camioneta color rojo, pero no había nada concreto, señalaron voceros policiales.

Ayer sus familiares estaban con mucha bronca.


Los policías entrevistaban a los vecinos y recorrían los talleres de la zona, buscando pistas que pudieran ayudarlos a dar con el homicida, que al cierre de esta edición continuaba prófugo.

Ricardo Omar Leal, la víctima.


"Era una excelente persona y no lo digo porque sea hermano nuestro", dijo Rosana. "No se metía con nadie, siempre ayudando, colaborando, muy humilde. Si se tenía que quedar sin un pedazo de pan para dárselo a otro, se lo daba", agregó Hugo, quien esa noche recibió una llamada de la esposa de "el Flaco", como le decían, porque no volvía del almacén y cuando fue a ver encontró a su hermano muerto, sobre un charco de sangre.

A la familia también le costaba creer "las cosas del destino", como dijeron: Leal había ido a Mendoza a un congreso de su religión (era Testigo de Jehová). Tenía que regresar ayer, pero la vuelta se adelantó y llegó el mismo día que perdió la vida.

El fallecido tenía un mellizo que ayer estaba "partido al medio, ahora le falta la mitad de él", cerró Hugo.