’Agradezco a mis vecinos porque sin su ayuda creo que mi familia y yo nos hubiésemos quedado sin nada. Ahora no sé cómo voy a hacer para hacer algunas de las changas que tengo porque se me quemaron todas las herramientas. Encima mi mujer sufrió unas quemaduras en la cara y los brazos por intentar rescatar algo, pero por suerte está bien’. Eso dijo el albañil Román Paéz en referencia al dañino incendio que afectó ayer en la tarde un depósito de madera donde guardaba sus herramientas, aparatos y otros objetos en la casa que habita en la Villa Marcó, en Albardón. Según el damnificado, el recinto y todas las cosas que había en el interior fueron destruidas por las llamas y además alcanzaron parte de su hogar, dañando un termotanque y el tanque de agua de 200 litros.
Páez explicó que había salido temprano a trabajar en la cosecha de uva y en la siesta se fue a hacer una changa de albañilería. En su casa de calle Ricardo Colombo estaban su esposa y sus 2 hijas, de 2 y 6 años. Alrededor de las 18.30 ocurrió el incendio.
‘Estaba trabajando cuando me llamó una pariente y me avisó del incendio. Aparentemente fue un cortocircuito lo que provocó todo este desastre’, comentó el obrero.
En ese depósito, hecho con maderas y cartón prensado que estaba pegado a su vivienda, el albañil tenía guardadas sus herramientas, una cucheta con colchones, una mesa, las bicicletas de sus hijas, un lavarropas que había comprado la semana anterior, toda la ropa de invierno de la pareja, de las 2 nenas y de su hermana mayor, y otros objetos de valor.
Cuando el humo y las llamas aparecieron, alrededor de 60 vecinos se acercaron a la casa para tratar de extinguirlas. En medio del caos, la mujer de Páez trató de rescatar el lavarropas y algunas de las cosas que había en la despensa, pero en esa maniobra resultó herida y debió ser trasladada a un hospital. Sin embargo, la esposa del obrero luego pidió regresar a su hogar para estar con sus hijas y esperar la llegada de su marido, explicó Román.
Finalmente, tras luchar por varios minutos, los vecinos lograron controlar el siniestro antes de que se propagara hacia el interior de la vivienda de la familia. Luego llegaron los bomberos y terminaron por sofocar los restos de fuego que quedaban, señalaron las fuentes.
De todos modos, el incendio dañó parte de la vivienda del damnificado. ‘Del depósito no se salvó nada y de una galería que había hecho con maderas sólo quedaron cenizas. Lo que más me duele es el lavarropas, que tenía apenas una semana de uso y que se lo compré con mucho esfuerzo a mi señora para que dejara de lavar a mano. Tampoco quedó nada de la ropa de invierno que teníamos y del resto de nuestras cosas. El termotanque y el tanque de agua de la casa tampoco sirven más. Calculo que hemos perdido como unos 40.000 pesos’, precisó Román Páez, dolido.