‘No fue un cortocircuito. Yo dormía con mi nena de 2 años cuando mi nene de 4 me avisó. Ahí me desperté y el fuego estaba sobre una tela con dos caballos que cubría ese hueco que hace de ventana y en la cama… ahí no hay cables y además cuando salí a pedir ayuda el televisor estaba prendido’, repetía ayer Jésica (24). ‘El único que me ayudó a sacar algunas cosas fue un chico vecino y menos mal que llegaron los bomberos sino se quema la casa entera’, describió la joven en la cocina comedor con el techo parcialmente destruido, el único ambiente a salvo en el que ahora Jésica con sus hijos, sus hermanos, Jaquelina (18, embarazada) y Jonathan (17) y su mamá Nancy Riveros (42), acomodan algunos colchones para pasar la noche.
‘Pudo haber sido cualquiera el que prendió fuego por ese hueco que da al fondo, por eso no podemos culpar a nadie. Agradezco que estuviera mi hija y no le pasara nada a ella ni a los niños, sino estaba perdemos todo’, dijo ayer Nancy, preocupada por superar el problema porque el daño en la vivienda fue grande. Y también porque -dijo ayer- en la Policía tomaron algunos datos y después no llamaron a su hija para que aporte detalles para esclarecer el caso.
El hecho trascendió ayer pero ocurrió alrededor de las 16 del último domingo, cuando sólo Jésica estaba en esa humilde casa de adobes con techo de cañas y palos en Vidart al 502, casi Boulevard Sarmiento, en Villa San Damián, Rawson.
Tan rápido se propagó el fuego, que en minutos destruyó la ropa y el calzado que la familia tenía en tres roperos. También consumió un sommier de dos plazas y media, una cucheta sacada en cuotas (recién pagaron 3), un televisor, una estufa, un lavarropas, entre otras cosas, además de dejar inutilizables dos dormitorios y el baño. Las llamas y el hollín dañaron además el techo de la cocina comedor, donde ahora la familia pasa los días.
‘Estamos en una situación jodida y por eso pido que alguien nos ayude. No digo que nos regalen nada sino que sea como un préstamo que nos hagan para arreglar la casa… yo puedo pagarlo con mi trabajo de doméstica, además mi hijo también trabaja’, dijo ayer Nancy Riveros.
Si bien Riveros no señaló a ningún sospechoso y dijo no saber a qué atribuir el atentado, los pesquisas no descartan que el siniestro sea parte de un problema familiar que atraviesa la mujer.

