El chico de 16 años recibió un balazo que atravesó su pantorrilla izquierda. El joven de 21 uno en su hombro izquierdo, donde quedó alojado el proyectil. Ingresaron sobre las 6.40 de ayer con minutos de diferencia al Hospital Guillermo Rawson y ambos aludieron haber sido baleados en un confuso episodio que los tuvo como víctimas de un supuesto intento de asalto. También refirieron haber sido atacados a pocos metros de distancia: uno en Colón y San Lorenzo, otro en el Loteo San Pablo, Santa Lucía. Sin embargo, fue esa sospechosa ubicación de los hechos fue lo que finalmente los llevó al calabozo, porque minutos antes un oficial de la Policía había denunciado que su casa del barrio San Lorenzo (situado muy cerca de los ataques que referían) había repelido con tiros “al aire” los disparos que lanzaron por lo menos una decena de muchachos que pretendían cometer un robo en su auto Fiat 147, dijeron fuentes policiales.

Fue la consulta de rigor de los uniformados de la Seccional 29na al juez Guillermo Adárvez (Tercer Juzgado de Instrucción), lo que cuajó en la detención de los heridos, por la versión del oficial, por el “relato contradictorio” de los lesionados y por sus ingresos previos a la Policía como sospechosos de robos, precisaron las fuentes.

A este cruce de versiones, los pesquisas sumaron otra evidencia: las cuatro vainas servidas del arma policial y las tres de calibre 22 que, al parecer, usó el grupo de sospechosos cuando el policía salió, advertido por el ruido de la alarma, se identificó e impidió a tiros que le robaran, dijeron las fuentes.

No hubo robo y tanto el menor como su presunto cómplice, identificado como Mario Alejandro Quiroga (21) terminaron detenidos sospechados de cometer el delito de tentativa de robo agravado por el uso de un arma apta para el disparo, informaron en la Policía.