Una chica que el 11 de noviembre de 2008, cuando tenía 13 años, denunció haber sido violada en dos ocasiones por su padrastro en Huaco, Jáchal, ratificó ayer sus dichos en la primera audiencia del juicio oral que desde ayer se realiza en el Juzgado penal de ese departamento. También en la primera audiencia, el acusado, Ariel Tapia (33 años, obrero minero), negó de plano cualquier vinculación al delito y dio su versión, pero sigue complicado porque el relato de la menor fue respaldado por un informe psicológico en el que se asegura que no fabula y presenta las huellas del daño psíquico típico de una situación de abuso, dijeron fuentes judiciales.
Tapia fue trasladado a Jáchal desde la cárcel de Chimbas, donde está detenido desde que el juez penal Carlos Mateos Varela consideró confirmadas las sospechas del ultraje sexual. También se trasladaron Juan Carlos Peluc Noguera (Sala II de la Cámara Penal) y el defensor del imputado, Waldo Segovia; la única autoridad judicial que estaba es el fiscal penal para ese departamento e Iglesia (2da. Circunscripción Judicial), Nicolás Oritja.
Fue el mismo magistrado quien resolvió realizar el debate en Jáchal, mañana y tarde, porque era lo más práctico para el proceso: hacerlo en la Capital hubiera implicado el traslado de la víctima, su familia y varios testigos, algo que hubiera acarreado otras complicaciones, dijeron las fuentes.
Todo comenzó el 10 de noviembre de 2008, cuando la chica estaba en la escuela y se negaba a volver a su casa en Huaco para no quedar a solas con su padrastro; su madre estaba internada. Entonces contó en el colegio sobre los abusos sexuales y al otro día, cuando denunció, a los investigadores les aportó otros detalles claves, como que en uno de los escenarios del ultraje se le cayó un caramelo, y en otro una lapicera, elementos secuestrados por la policía.
El primer episodio ocurrió en la mañana del 25 de octubre de 2008, cuando Tapia -según la acusación- le pidió que lo acompañara para ir al médico. Al volver, la metió en una casa abandonada con la excusa de verla y allí la ultrajó. Días después, el 1 de noviembre, se fue con ella a comprar una cerveza y en el camino la obligó a meterse a la escuela, donde volvió a someterla.
Además del ultraje, la víctima y su padre biológico, denunciaron agresiones y amenazas de los familiares de Tapia.

