El fiscal coordinador, Iván Grassi, y el fiscal de la UFI Norte, Sohar Aballay, consiguieron ayer que el juez Hugo Marcos Quiroga, le prohíba ir a trabajar al hospital San Roque, de Jáchal, al médico Lucas Rodrigo Quinsacara, mientras lo investigan durante 6 meses por el presunto "homicidio culposo" de un bebé con 40 semanas de gestación, el pasado 5 de febrero. Entre las pruebas que enumeró Fiscalía contra el profesional, se destacan las conclusiones de una junta médica sobre su actuación, por no haber abordado y realizado las medidas de rigor para llegar a un diagnóstico más acertado, indicaron.

El meollo de la cuestión fue que la mujer no sabía que estaba embarazada, pues a causa de un problema con su glándula tiroides no menstruaba desde hacía 4 años.

El día que llegó al hospital con dolores, el 4 de febrero pasado a eso de las 18, Quinsacara la trató por un cuadro de "abdomen agudo", la medicó y la dejó internada, porque continuaba con esos dolores que, luego se supo, eran los propios del parto. Al otro día, otro médico que ingresó, le realizó una radiografía a la mujer y notó que estaba embarazada. Entonces ordenaron operarla, pero el bebé hacía 4 horas (un varón de 3,400 kg y 50 cm) que había muerto.

Defendido por Josela Echegaray Moya, Quinsacara negó ayer haber maniobrado apartándose de lo que manda el protocolo de actuación para casos como el de esa joven jachallera, que perdió a su primer hijo por el presunto accionar negligente del médico.