Él declaró que sólo sabe que hizo un disparo a través de la ventana del fondo y que no recuerda nada más. En cambio sus vecinos, familiares, y sus propios hijos quizás no olviden nunca lo que fue capaz de hacer este hombre llamado Reinaldo Torres esa noche del 16 de marzo del 2008, cuando literalmente masacró a su ex esposa en su casa de Rawson. Fue un baño de sangre. Le clavó 8 cuchillazos, 3 balazos con una pistola y 2 disparos más con su escopeta calibre 16. Un crimen pocas veces visto, el cual hoy volverá a ser recordado en el juicio oral y público contra Torres en la Sala III de la Cámara en lo Penal y Correccional.
El juicio ventilará también el drama que padeció Graciela Yolanda Torres (32) que hace años venía soportando golpizas y maltratos de todo tipo hasta que por fin decidió separarse de Reinaldo Alfredo Torres (37), tras 14 años de casados. Decenas de testigos hablan de lo violento que era Torres con Graciela. La tranquilidad le duró dos meses, porque ese mismo hombre que tanto la hacía sufrir decidió acabar con su vida de la manera más horrenda el 16 de marzo del 2008.
Graciela Torres dormía en su dormitorio. Sus hijos mellizos -en ese entonces de 2 años- descansaban en otra pieza de esa casa de calle Palma en el Bº Búbica, Rawson. Los otros tres hijos no estaban. Según la causa judicial, a eso de las 2 de la mañana apareció Torres, quien hacía dos meses que vivía con sus padres.
El hombre fue hasta la ventana del dormitorio de su mujer y le disparó con una escopeta. Después fue al fondo, tomó una maza de 6 kilos y destrozó la puerta que da a la cocina para entrar a buscarla. Solo ellos saben qué se dijeron. Lo cierto que ahí la atacó salvajemente.
Después escapó y llevó a sus dos hijos a su hermana, que vive en el mismo barrio, y él se fue a la casa de su madre en barrio Quintian, y sin rodeos le dijo: "se acabaron los problemas, mate a mi mujer… y ahora me mato yo..", según la causa. Después fue al fondo y se pegó un escopetazo, pero luego la policía lo encontró herido en el hombro y el brazo izquierdo, heridas que le dejaron secuelas para siempre.
Desde hoy empezará a ser juzgado por homicidio triplemente agravado y portación ilegal de arma. Si se confirman esos delitos, puede recibir perpetua.