Embarazada de cuatro meses del rugbier Gerardo Fortunato (25) a quien le dio muerte atropellándolo con su auto, Agostina Quiroga (22 años) intenta desligarse de la gravísima acusación que pesa en su contra: homicidio doblemente agravado, por la relación de pareja que mantuvo con la víctima y por la alevosía, es decir por matar a un indefenso pues un cuidacoches atestiguó que luego de atropellarlo por primera vez, recorrió una cuadra y media, giró en U y volvió a atropellarlo cuando estaba en el piso a la salida de un boliche en San Rafael, el último sábado.

Según fuentes judiciales, la joven puso a disposición de los pesquisas policiales su teléfono, para que constaten que no le envió ningún y que hubiera discutido con él esa noche. Según la madre de la joven, Verónica Arana, la última vez que hablaron fue a fines de agosto.

Según la mujer, "Genaro fue el gran amor de la vida" de su hija y contó que estuvieron cinco años de novios, pero no quiso dar más detalles para resguardar la intimidad de su hija, que espera una niña del joven fallecido.

"Es lo único que le va a quedar a mi hija de Genaro, a ella y a los padres de Genaro", dijo compungida.