Diana junto a su agresor

A 6 días del brutal ataque que casi le cuesta la vida,  Diana Ruarte Troncoso volvió a su casa para continuar recuperándose.  La joven de 23 años recibió 8 puñaladas por parte de su expareja y padre de sus dos hijos de 5 y 3 años.

Según contaron algunos familiares, la mujer se encuentra "tranquila, aunque muy cansada" y deberá afrontar  curaciones diarias hasta que finalmente le retiren los puntos en cada una de las serias heridas que sufrió en el pecho y abdomen.

El caso

Llegó en moto a eso de las siete de la tarde del viernes pasado , cuando ella estaba sola en la casa del Loteo Taranto, en 9 de Julio, donde vive con sus dos pequeños hijos, su madre y un hermano. Entró, le dio media vuelta de llave a la puerta y todo indica que su intención no era otra: terminar con la vida de su expareja, la madre de sus dos chicos de 5 y 3 años. Esa mujer que en agosto pasado se cansó de los malos tratos, dio por terminada la relación y se mantuvo en su decisión, a pesar de la ‘obsesiva insistencia’ del padre de sus hijos. Hubo una discusión y los primeros gritos de la joven fueron su tabla de salvación porque en el acto una vecina se acercó a la casa, forzó la puerta hasta abrirla y evitó lo peor. Cuando Marcos Marín (28) desistió de sus designios homicidas, su ex Diana Ruarte Troncoso (23) era un baño de sangre, pues había alcanzado a recibir 8 puntazos en el pecho y el abdomen, con un peligro cierto para su vida pues uno de esos cuchillazos le dañó un vaso sanguíneo, precisó ayer su padre Gustavo Ruarte, al enumerar a este diario cómo ocurrió el violento ataque contra su hija.


Frustrada la agresión, el descontrolado Marcos Marín se autopropinó unos cinco puntazos con el mismo cuchillo en el abdomen, dentro de la misma casa de su ex, agarró la moto en la que llegó y partió a la casa de su padre en el Loteo Municipal, en Las Chacritas, 9 de Julio.

La vecina que evitó la muerte de su hija fue la que le avisó y le pidió que llamara a la Policía. Instantes después, Marín era detenido e internado fuera de peligro por las heridas que se provocó.