Las radiografías no revelaron huesos rotos; sí la presencia de dientes destruidos o la ausencia de algunas de esas piezas por falta de higiene y cuidado. Las imágenes obtenidas con rayos también detectaron tres plomos calibre 22 largo en el cadáver: uno que ingresó por el costado izquierdo de la cabeza y dos en el abdomen con una trayectoria de abajo hacia arriba, lo que hace suponer que los recibió cuando ya estaba en el piso. Otro dato revelador de la autopsia fue la posible antigüedad de la muerte: alrededor de 3 semanas antes del hallazgo ocurrido el jueves último en Rawson, con una probabilidad de una semana en más o en menos, es decir entre 15 y 30 días atrás, dijeron fuentes judiciales.
El médico forense confirmó además la estimación del médico legista de que se trata de una mujer de alrededor de 1,65 de estatura, tez trigueña, cuya edad oscila entre los 30 y los 40 años, precisaron.
La duda medular del caso sigue siendo la identidad de esa mujer que un exconvicto encontró cerca de las 13 del jueves semienterrada en un zanjón del costado sur de calle 11, al Oeste de Costa Canal, en Médano de Oro, Rawson. Ese sujeto de apellido Cornejo había quedado demorado porque a los pesquisas no les cerraba que hubiera llegado allí a buscar un colero y unos aritos que se le habían caído a su novia días atrás cuando fueron a ese lugar a tener mayor intimidad. Pero como la chica confirmó esa versión, el sujeto quedó ligado al caso sólo como testigo.
Para saber quién es la víctima el titular del Tercer Juzgado de Instrucción Guillermo Adárvez (secretaría de Eduardo Raed) ya informó del hecho a otras provincias, sobre todo a las limítrofes, Mendoza, San Luis y La Rioja. Y lo decidió así porque a nivel local aún no hay pistas.
Mientras se espera el resultado de la extracción de huellas dactilares para el cotejo, los pesquisas de Homicidios buscaron ayer a 5 mujeres que figuraban como extraviadas, pero supieron que 4 de ellas ya aparecieron y aunque la quinta no, quedó descartada porque tiene varios años menos que la víctima.
El caso de todos modos tuvo un hecho alentador. La única mujer que se presentó a reclamar una hermana que no ve hace 9 años, se fue con una buena noticia: a través de Anses, la Policía supo que vive en San Luis porque allí cobra un beneficio social.