Morocha, bella, curvas tentadoras, figura estilizada. Con esos atributos la colombiana Angie Sanclemente Valencia (30) trabajó en una agencia de modelos, realizó publicidades importantes y hasta se convirtió en reina del café en su país. Su trabajo la llevó a México, donde se la vinculó amorosamente a un jefe narco, a quien dejó por el argentino Nicolás Gualdo. Nada extraño hasta que pisó al país para visitar a su amor, y quedó en la mira de la policía como jefa de una banda de narcos que pensaba instalarse en Argentina para triangular envíos de cocaína a Europa, vía aérea, previo paso por México.

Las sospechas contra la modelo surgieron el 13 de diciembre pasado cuando la policía aeroportuaria detuvo en Ezeiza a una joven de 21 años con 55 kg. de cocaína. Y esa detención se convirtió en una pieza clave para la detención de cinco hombres (incluido el novio de la sospechosa) y el pedido de captura para Sanclemente, quien se resistía a entregarse por considerarse una víctima y el temor a ser violada en prisión.

Sin embargo ayer, con datos de Interpol, los policías aeroportuarios dieron con la colombiana en el hostel "K Lodges" del barrio porteño de Palermo, con una identidad falsa (decía llamarse Any), teñida de rubio y varios kilos encima. "Lo único que hacía era comer", dijo una estudiante brasileña alojada en el mismo lugar.

Hace unos días, el diario "El Tiempo" de Colombia publicó una entrevista donde la modelo, desde la clandestinidad, aseguraba: "Siento mucha angustia y desesperación. Ando intranquila, muy dolida con los argentinos que me han hecho tanto mal, se limpiaron la mugre conmigo. No merezco esto", sostuvo, a la vez que consideró "la maldición" de su vida viajar a la Argentina.

En esa entrevista agregó que su novio, al declarar en la causa, incriminó a un familiar de él y "habló de los negocios que lleva, que es narcotraficante, que ha trabajado en Europa". Ayer, su madre, Janet Valencia, aseguró durante el operativo que su hija es "víctima de un complot" y que "demostrará que es inocente".