Nada, absolutamente nada hacía presagiar ese fatal desenlace. Es que se vivían momentos de fiesta y euforia. Todo era alegría, cantos, celebración. Una treintena de personas festejaban subidos en la caja de un camión dos triunfos obtenidos por el Club Horizontes Juveniles. Eran jugadores y simpatizantes del club calingastastino. 

El rodado se trasladaba por Ruta 412, en una zona de curvas y contracurvas de Puchuzún. El peso de la gente hizo que una de las barandas terminara cediendo, provocando la caída de 9 personas. Dos futbolistas fallecieron camino al hospital, mientras que siete hinchas resultaron heridos. 

Todo sucedió el domingo 14 de mayo de 2001. Villa Nueva y Horizontes Juveniles disputaron dos encuentros en cancha del primero. Ambos fueron ganados por la visita. Cuando llegó el momento de emprender el regreso, empapados de euforia, el plantel junto con allegados, entre los que había mujeres y niños, se subieron al Fiat Iveco que los había llevado. Repleto de gente, unos 25 kilómetros antes de llegar a destino, se produjo el trágico desenlace.

Gritos, llantos, desesperación. Calingasta se vistió de luto. Quienes habían presenciado el partido minutos antes no podían creer lo que estaba sucediendo. Las imágenes eran desoladoras. Sangre por doquier y dos de los héroes de esa jornada, yacían en el piso. “Por el mismo peso de descolgó la baranda. Fue de repente, muy rápido. Los que estaban apoyados para ese costado, cayeron. Las mujeres y los niños gritaban”, contó uno de los testigos del hecho, minutos después de lo ocurrido. 

César Amaro Quinteros, de 27 años, se desnucó al golpear la cabeza contra el suelo. Según en su momento se informó que falleció camino al hospital, quienes lo vieron señalaron que murió de inmediato, en el lugar del hecho. Su compañero de equipo, Benito Benedicto Spotta (33) sufrió serias lesiones en su cabeza y perdió la vida cuando estaba por ser ingresado al nosocomio departamental. Los otros heridos sufrieron lesiones menores. 

Por la zona en la que se produjo el triste hecho, fue el chofer del camión quien debió caminar unos 10 kilómetros para acceder a un teléfono público y pedir auxilio. La ambulancia llegó casi dos horas después. Fue imputado por homicidio culposo.