"Eramos promesantes", decía Marcos Díaz, como dejando entrever que no volvían más a San Expedito ni a la Difunta Correa. La verdad es que el viaje a San Juan les dejó un sabor amargo a esta familia mendocina. Cuando volvía de Vallecito ayer por la tarde, su auto volcó a un costado de la ruta 141 y se llevaron un gran susto. La mujer de Díaz, su hija y su suegra acabaron en el hospital.
Marcos Díaz (40), su mujer Carina Molina (35), su hija Julieta (12) y su suegra Estela Molina de Gómez (63) habían venido ayer en la mañana en un Peugeot 206 desde la ciudad mendocina de Maipú a visitar el santuario de San Expedito en Bermejo y el paraje de la Difunta Correa en Vallecito, en Caucete. Era por una promesa, dijeron.
Pasadas las 15, salieron de la Difunta para regresar a Mendoza. "No sé qué pasó", explicó Díaz. Creen que se le trabó la dirección. Y es que su auto pasó de largo en una curva, salió a la banquina y se clavó de punta. Ahí, el coche empezó a dar tumbos. Eso fue entre los kilómetros 199 y 201 de la ruta 141, cerca de la ripiera de la cooperativa de Caucete. Marcos Díaz salió ileso, su mujer tuvo golpes leves y su hija una herida cortante en la frente y golpes en el rostro. Estela Molina, la suegra, sufrió traumatismo de tórax y abdomen, lesiones en el cráneo y un gran corte en el cuero cabelludo, informó la policía.

