La detuvieron junto a su pareja por el crimen de su sobrina, Sheila Ayala (10), ocurrido en el barrio Trujui de San Miguel, hace un mes. Sin embargo, con el correr de los días su situación se fue modificando y este fin de semana podría quedar en libertad. 

En su indagatoria, Leonela Ayala (25), complicó aún más a su pareja, Fabián Esequiel González Rojas (24), de nacionalidad paraguaya y con antecedentes por robo. Los dos están detenidos desde el 18 de octubre, cuando el cuerpo de Sheila apareció tirado adentro de una bolsa de basura en una medianera lindera a su casa. La nena estaba desaparecida desde el domingo anterior, cuando se encontraba jugando en la puerta de su casa ubicada en el predio "Campo Tupasy".

Este domingo se vence el plazo máximo de detención para los dos acusados por el asesinato de la menor y el fiscal del caso Gustavo Carracedo no pedirá la prisión preventiva para la tía, según adelantaron a Clarín fuentes de la investigación. Pero sí mantendrá preso a González Rojas.

No obstante, Leonela Ayala seguirá imputada en la causa, aunque lo más probable es que sea acusada por un delito menor al de "homicidio agravado por alevosía", delito que le adjudican en este momento.

“Tomamos alcohol y drogas y no sabemos qué pasó”, fue la primera declaración que trascendió y que la Policía le adjudicó a la mujer en los primeros momentos de su detención.

Pero con el paso de los días, y después de haber dado a luz a su cuarto hijo estando presa, Leonela empezó a desvincularse del caso. En su primera declaración ante el fiscal Carracedo, la mujer dijo que el domingo en el que desapareció Sheila no estuvo en su casa entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde, aproximadamente.

Ahora, en la ampliación de su indagatoria, presentó los informes de la tarjeta SUBE que fundamentan su coartada. "Los registros la muestran entre cinco y seis horas afuera de su casa aquella tarde", dijo a Clarín una fuente del caso.

La mujer contó además que ese domingo se fue a visitar a un familiar junto a sus hijos, después de haber mantenido una fuerte pelea con González Rojas. Y como parte de los elementos que prueban su coartada, presentó testigos que dijeron haber estado con ella.

Durante la indagatoria, la tía de la víctima se quebró en más de una oportunidad y recordó un episodio, a principios de este año, en el que su pareja habría intentado abusar de la hija de 9 años que tienen en común. El caso se conoció a partir de la declaración de un vecino a la Policía luego de que los tíos de Sheila quedaran detenidos. 

De aquel antecedente hay varias versiones. La más fuerte apunta a que ese día Leonela bajó al predio a pedir ayuda y gritando que su pareja quiso violarla. A González Rojas los vecinos lo quisieron linchar, pero la mujer, según declaró este jueves, no hizo la denuncia porque "tenía miedo" de que la matara.

Con esta nueva declaración, la principal hipótesis apunta a que después de que Leonela se fue de su casa, González Rojas fue a buscar a Sheila, intentó violarla y la mató en uno de los departamentos del predio. En esa línea, lo que falta saber es si la tía ayudó a su pareja a ocultar el crimen.

Sheila se había ido a vivir al campo Tupasy tres días antes de su muerte, cuando su padre, Juan Carlos Ayala, se quedó con la tenencia luego de firmar un acuerdo extrajudicial con su madre, Yanina Pereyra.