Se dijo que había sido acuchillado y asaltado, que por lo tanto su fallecimiento era producto de un asesinato y no de un accidente de tránsito. La investigación duró 5 meses. Y hoy se puede decir que las dudas y sospechas en torno a la muerte de José Rivas, ocurrida en marzo último en Rawson, quedaron esclarecidas: se trató de un siniestro vial y el único responsable fue la propia víctima, según la Justicia. La causa judicial igual no cerró las heridas y removió los recuerdos olvidados de la trágica historia que cargaba el ahora fallecido. En 2011, este mismo muchacho había provocado otro terrible choque en el Conector Sur que costó la vida a una mujer embarazada y a su beba, la que nació por cesárea y no sobrevivió.

Doble dolor. Este es José Luis, el joven falleció en marzo último en un choque.


El caso de José Luis Rivas estuvo en todos los medios de la provincia en marzo último. Y no solamente por su muerte, sino porque pasaron de hablar de un accidente a un posible crimen. A las 7 de mañana del 26 de ese mes, el muchacho de 30 años y otro joven que lo acompañaba se estrellaron en una moto Rouser 200cc contra un Chevrolet Corsa en calle República del Líbano, cerca de Hipólito Yrigoyen, Rawson. Hasta entonces era un choque más, aunque Rivas quedó gravemente herido y al día siguiente murió.

La polémica surgió cuando su familia denunció que tenía un cuchillazo en el cuello, de acuerdo a la versión de un médico. Eso, más el dato de que el acompañante era un extraño y que el casco había desaparecido, generaron sospechas. Se llegó hablar de un robo y de un crimen.

Esclarecimiento

La investigación de la juez correccional Silvina Rosso de Balanza, del Cuarto Juzgado Correccional, confirmó que se trató de un accidente. Lo del casco se aclaró al principio: un policía quedó acusado de haberlo hurtado de la escena del choque. Por lo demás, los testigos confirmaron que esa mañana Rivas volvía de un cumpleaños, que estaba muy ebrio (de entre 1.51 a 3 gramos de alcohol por litro de sangre) y que Luciano Rojo era un ocasional acompañante. Se habían conocido esa noche mientras compartían unos vinos en una esquina. De hecho, ambos salieron a comprar más alcohol en la moto de Rivas y ahí chocaron contra el Corsa de Alejandro Gómez, que viajaba con su familia. También se confirmó que la herida en el cuello era consecuencia del choque y que el siniestro fue causado por su propia imprudencia. Así, no habiendo a quien imputar la muerte de Rivas, en estos días la juez Rosso de Balanza sobreseyó al conductor del auto y cerró la causa, aunque el caso removió otro capítulo olvidado en la historia del fallecido.


Una de las escenas captadas el 8 de diciembre de 2011 en el accidente que cobró dos vidas.



La otra historia

Y es que José Rivas fue el mismo que desató un choque en 2011 que cobró las vidas de una mujer y su beba, la que nació por cesárea tras el accidente. El caso fue conmovedor. Aquella mañana del 8 de diciembre de 2011, Rivas manejaba alcoholizado su Peugeot 206 por calle 9 de Julio, en dirección al Oeste, según la Policía. Intentó cruzar el Conector Sur como venía y sin querer ocasionó un desastre. Impactó contra el Fiat Duna en el que viajaban José Calderón, su hija de 3 años y su esposa Griselda Verónica Luna, quien tenía un embarazo de 6 meses. El choque fue impresionante, tanto que este último vehículo volcó y la mujer embarazada terminó muy mal.

Su estado era delicado, como el de la beba que llevaba en su vientre, de modo que los médicos la sometieron a una cesárea y lograron que su nena naciera prematuramente. El milagro duró poco. Griselda Luna falleció luego de la intervención. Y la niña, bautizada como María Concepción, murió a los 6 días.

José Rivas, que en ese entonces tenía 24 años, fue detenido y luego excarcelado. Al tiempo fue procesado y el 2 de octubre de 2013 la juez correccional Mónica Lucero lo condenó a 3 años de prisión en suspenso y 10 años de inhabilitación para conducir por el delito de homicidio culposo doblemente agravado, según fuentes judiciales. El joven no podía manejar hasta el 2023, pero no cumplió. Y por esas vueltas de la vida, y también de la muerte, falleció en un choque en moto en marzo último.

El policía ladrón
 

Un policía quedó imputado por el hurto del casco del ahora fallecido José Rivas en el lugar del accidente. El casco había desaparecido misteriosamente. Después se supo que había sido sustraído por un agente de la Seccional 25ta que, para justificarse, dijo: "me hacía falta para el cuatriciclo".