El 12 de mayo del año pasado, Luis Esteban Weiman, de 36 años, guardia de seguridad de la empresa RedGuard de acuerdo a sus registros en la AFIP, subió una imagen algo inquietante a Facebook. Era la foto de un francotirador con un rifle con mira telescópica y un epígrafe: "Soy el tipo de amigo que hasta te ayudaría a esconder un cadáver. Pero si me traicionas, recuerda… Sé cómo esconder un cadáver", decía. "Para las traidoras jajaja", comentó Weiman, padre de una hija de once años.

Lo cierto es que el guardia de seguridad, diez meses después, no necesitó esconder ningún cadáver, si es que realmente es culpable del delito del que se lo acusa: solo necesitó un poco de sangre fría.

El sábado por la tarde, personal de la Policía Bonaerense llegó a su domicilio para arrestarlo por orden del fiscal Hernán Bustos Rivas, acusado del brutal crimen múltiple cometido esta madrugada en la esquina de las calles Senzabello y Los Andes, Florencio Varela. Cuatro adolescentes, amigas entre sí, fueron baleadas a quemarropa en plena calle tras salir de la disco Santa Diabla, sobre la avenida Calchaquí en Ezpeleta, partido de Quilmes. Dos de ellas, Sabrina Barrientos y Denise Juárez, murieron en el acto.

Las otras dos fueron transportadas rápidamente al hospital Mi Pueblo sobre la calle Buenos Aires en la misma localidad. Una de ellas tenía una bala en la pierna y un roce de proyectil en la cabeza; su compañera estaba considerablemente más grave, con tiros en el cuello, pierna y hombro.

Las chicas fallecidas, por su parte, fueron objeto de una saña particular. Sabrina Jimena Barrientos, de 15 años, recibió seis balas. Denise Daiana Juárez, de 17, acusó nueve impactos en total. La hipótesis de homicidio en ocasión de robo fue descartada rápidamente por el fiscal Bustos Rivas y la Comisaría N°3 de Florencio Varela, designada para investigar el caso. El doble femicidio que puede convertirse en triple es, a todas luces, un crimen de venganza: el custodio Weiman y Denise Juárez habrían tenido una relación.