La madre le cobraba alquiler a su pequeño hijo de 12 años para que pueda pagar gastos de alojamiento hasta que lo terminó por echar por no cumplir con la cuota.

La acusada, de 33 años, le pedía el dinero que el pequeño ganaba vendiendo jugo de naranja. La cifra correspondía a "su alimentación, el agua que usaba para bañarse y los cubiertos para comer", consignaron los medios locales. 

Cuando los vecinos tomaron conocimiento de lo ocurrido radicaron la denuncia. Tras ello, las autoridades detuvieron a la madre y supieron que el maltrato al menor llevaba años.

De esta manera, agentes de la Policía la pusieron bajo arresto y su hijo quedó a cargo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Allí mismo, le diagnosticaron que padecía el “síndrome del niño maltratado”.

El diagnóstico tiene que ver con los daños cerebrales que se le pueden provocar a un niño. 

El pequeño declaró en la causa y afirmó que es originario del estado de Veracruz. Allí, vivía con un hermano de 16 años y el resto de su familia.