Un joven de 20 años fue condenado ayer a 10 años de cárcel por el juez Raúl José Iglesias, quien lo consideró autor de las violaciones que sufrieron sus dos sobrinos cuando tenían 5 y 3 años. El condenado, Héctor Enrique Rodríguez (alias “Monchi”) compartía la habitación con los niños en una casa de Pocito, donde había ido a parar su hermana, tras separarse del padre de los nenes.
La pena impuesta por el magistrado, miembro de la Sala I de la Cámara Penal, fue la misma que había pedido el fiscal Gustavo Manini, solicitud a la que había adherido también el abogado que representa a la víctimas, Fernando Bueno de la Cruz.
Quien no quedó conforme con el fallo fue el defensor de Rodríguez, Juan Pons: ayer, al cabo de sus alegados, había pedido la absolución de su cliente. Luego de cuestionar los informes psicológicos, entre otras pruebas, consideró que no estaba acreditada la autoría de los delitos que le imputaban. Ahora, podrá pedir a la Corte de Justicia que revise el fallo.
El resonante caso aterrizó en la Justicia el 5 de enero del año pasado, cuando la abuela paterna de los chicos le pidió los niños a su mamá con la supuesta idea de sacarlos a pasear, pero se los llevó directo a la Central de Policía.
Para entonces ya estaba al tanto de la grave situación, porque sus nietos le habían dicho que les dolía la cola y le describían los sospechosos juegos a los que los sometía su tío. El informe médico confirmó enseguida la existencia de lesiones compatibles con un abuso sexual. Y por eso el sospechoso quedó detenido dos días después, el 7 de enero.
Los peores presentimientos se confirmaron cuando los niños fueron entrevistados por psicólogos, que descubrieron los signos típicos del niño abusado, dijeron las fuentes.

