El cabo primero (RE) Miguel Ángel Castro (57) quedó en condiciones de pedir su excarcelación: lleva casi tres años preso y ayer el tribunal de la Sala III de la Cámara Penal, lo condenó a 4 años de cárcel, porque entendió que fue atacado y respondió, pero se excedió en su legítima defensa cuando hirió de tres disparos a Alfonso Maximiliano Navas (25), y lo mató, porque uno de esos balazos le dio en el pecho. Castro trabajaba como cadete en una farmacia, le habían robado su moto y aquella vez, el 13 de septiembre de 2011, había ido a buscar a Navas al barrio Ferroviario (conocido como Villa La Puñalada, Capital) porque éste le pedía más plata (Castro ya le había dado $600) para que pudiera recuperar su moto.
Juan Marcos Zapata, abogado de la familia del fallecido (un sujeto con antecedentes), anticipó disconforme que pedirá a la Corte de Justicia la revisión el fallo. La semana pasada, en los alegatos, Zapata había solicitado 12 años de castigo, dos más que el fiscal Fabrizio Médici. Ambos consideraron que Castro cometió un homicidio agravado por el uso de un arma de fuego y así descartaron la versión del acusado de que ese día el fallecido lo golpeó con una muleta (estaba enfermo), él se defendió y, en la confusión, Navas fue asesinado a tiros por uno de sus cómplices.
Ese mismo relato había dado pie a los defensores del expolicía, Juan Baustista Bueno y Ricardo Moine, para pedir al tribunal su absolución por el beneficio de la duda o, en todo caso, por haber actuado en su legítima defensa.
Para los defensores, la prueba negativa sobre presencia de pólvora en sus manos y las contradicciones de los testigos principales contra su cliente, los que afirmaron haberlo visto armado, reforzaban el relato de los hechos que dio el acusado.
Los magistrados Eduardo Gil, Ricardo Alfredo Conte Grand y el subrogante Maximiliano Blejman, dieron ayer parcialmente la razón a la defensa: entendieron que Castro fue atacado pero se excedió en su defensa legítima.
Ayer, Moine precisó que pedirá la excarcelación del expolicía.