Las cosas comenzaron a encaminarse hacia un final pésimo para Renzo Darío Verón (26) desde el domingo 8 de abril de 2012 en calle Mendoza, metros al Sur de Fray Mamerto Esquiú, en Trinidad, Capital. A pesar de que siempre lo negó, esa mañana, alrededor de las 11, encaró en moto sobre una vereda a una mujer que salía de misa, le quitó el celular en un forcejeo que la hizo caer y quebrarse el dedo meñique derecho. Luego aceleró para huir, con tan poca suerte que no pudo salir a la calle por que se le atravesó un auto y esa pequeña demora truncó para siempre sus planes. Y de manera violenta, porque atrás venía el marido de la víctima, que lo frenó, le dio una paliza e impidió que se llevara el celular.
Terminar preso, sin embargo, no sería el único desenlace detestable de aquel frustrado ataque a lo ‘motochorro’: ayer la juez Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal) adhirió al planteo del fiscal de Cámara Gustavo Manini de que a pesar de que Verón no pudo disponer del teléfono, el hecho igual debía tipificarse como un robo agravado (penas de entre 5 y 15 años) por las lesiones graves de Sandra Graciela Gallardo: le dieron 35 días de incapacidad. Y fue así, porque en este tipo de delito, la ley privilegia la salud de la víctima como bien jurídico y no su propiedad.
La única diferencia entre la petición y el fallo fue el monto de la pena: el fiscal solicitó 6 años de castigo; la juez le aplicó 5 años y 2 meses de cárcel.
La sentencia echó por tierra el argumento del defensor Gustavo de la Fuente, de que su cliente llegó al lugar a comprar huevos de pascua y que embistió sin querer a la mujer, negando de plano de que aquel día hubieran sacado el teléfono BlackBerry de la víctima del bolsillo derecho del pantalón de Verón.
El defensor criticó por ‘contradictorios’ los testimonios de Gallardo y su marido Marcelo Ramón Abelín. Y cuestionó también el informe médico, clave para considerar lesión grave a la fractura. Ahora, podrá pedir la revisión del fallo en la Corte de Justicia.
Aquella mañana al salir de misa -según fuentes judiciales- Gallardo se mensajeaba con su hija por el almuerzo, cuando su marido se retrasó para atarse los cordones.
En eso apareció en moto Verón (tiene 6 causas abiertas por robo y otros delitos) sin imaginar el amargo final que le esperaba.

