Las criminales maniobras que le atribuyen a José “Sureño” Castro (24) contra su propia cuñada de 16 años en Caucete, parecen haberle empezado a pasar factura mucho antes de que una sentencia definitiva estableciera si cabe o no aplicarle un duro castigo por violar, estrangular con un cable hasta la muerte y enterrar frente a su casa a esa jovencita, el domingo 30 de septiembre pasado. Ayer trascendió que un grupo de internos del Penal de Chimbas le dio una paliza el miércoles en la tarde, cuando lo trasladaron desde el edificio de Tribunales a la cárcel de Chimbas, dijeron fuentes judiciales. Fuentes penitenciarias confirmaron que ese día el sospechoso “llegó golpeado”.
De todos modos hasta ahora no hay ninguna denuncia formal del mismo Castro, y es él quien debe decidir si pide que se abra o no una investigación pues todo indica que sufrió lesiones leves y, según la ley, cuando se prueba que existió ese delito, la víctima resuelve si denuncia o no, informaron fuentes judiciales.
Ayer, Castro llegó desde el Penal de Chimbas al Tercer Juzgado de Instrucción dirigido por el juez Guillermo Adárvez, y fue indagado por el delito de homicidio simple, pero se abstuvo de dar su versión por consejo de su abogado defensor Gustavo De la Fuente, precisaron voceros judiciales.
Fuentes del juzgado aseguraron que se le imputó ese delito provisoriamente y a la espera del informe del médico forense Eduardo Recabarren, que analizó el cadáver. Si en ese informe se confirma la versión de que María de los Milagros Ruarte fue violada antes de ser asesinada, la calificación de la maniobra atribuida a Castro puede agravarse pues entonces podría entenderse que mató para que la víctima no delatara que la había ultrajado sexualmente. Ese ilícito se castiga con perpetua.
El último domingo de septiembre, “Mili” salió de su casa en Las Talas con una doble misión: cargar nafta en su moto Maverick 110cc (en ella iba a la escuela) y dejarle a su hermana Maira (esposa de Castro) en su casa de Villa Dolores, las llaves que había olvidado en su domicilio.
La principal hipótesis es que ese día Maira no estaba con sus tres hijos, pero sí su esposo, quien aprovechó la ocasión para ultrajarla, matarla y, luego, cargar unos 100 metros el cuerpo envuelto en una manta, hasta unos parrales frente a su casa para enterrarla. “Mili” fue hallada sin vida el miércoles de la semana pasada. Desde ese día la Policía aún no puede localizar la moto que le regalaron por sus 15 años.

