‘Realmente tuvo mucha suerte, porque la bala le podría haber dado en otra parte y tal vez hubiera pasado algo peor‘, así explicaba Adriana Yubel la fortuna que tuvo su hijo luego de ser baleado ayer en la madrugada por tres ‘motochorros‘ cuando paseaba con una amiga por el Jardín de los Poetas, en Rivadavia. Los ladrones revisaron al muchacho y en el medio, la víctima empujó a uno de los malvivientes y corrió hacia el interior del paseo. Ahí le dispararon y lo hirieron en la espalda. Los ladrones se llevaron $20, un celular, un destornillador y el candado de la moto en la que andaba el muchacho. Tras el ataque, el herido se subió a su rodado y manejó hasta el Hospital Marcial Quiroga para que lo asistieran, contó Matías Lima Yubel (21), el joven baleado. Según Lima, eran las 2 cuando se fue en su moto Maverick 110cc a dar una vuelta con una amiga por Rivadavia. Minutos después decidieron detenerse en el paseo, justo enfrente a la sede del Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica). A los minutos, tres sujetos a bordo de una moto ingresaron en contramano por la calle y se detuvieron cerca de la pareja. Dos de los desconocidos se bajaron y enfilaron hacia donde estaban los jóvenes. El otro sujeto se quedó a un costado del rodado.

‘A mi amiga se le había caído plata y la estábamos buscando usando la luz del celular. Apenas vi a los tipos me di cuenta de que nos iban a asaltar. Lo único que traté de hacer fue protegerla, por eso me paré delante de ella‘, afirmó Lima. Uno de los ladrones se paró enfrente y encañonó al joven, mientras su cómplice se paró por detrás de él. Este último ladrón también estaba armado. Los sujetos le exigieron a Lima que entregara lo que tuviera encima. Ahí, el joven se metió la mano a un bolsillo y arrojó su celular a las plantas para que no se lo robaran.

Uno de los sujetos empezó a revisarle los bolsillos y le sacó a Lima su billetera con documentación y $20, explicó la víctima. A la chica le robaron su celular.

Luego, los malvivientes trataron de sacarle las llaves de su moto y fue allí cuando la víctima empujó a ese delincuente y corrió hacia el interior del paseo. ‘Salí corriendo y escuché una explosión y un piquete en la espalda. No me paré, solo pensaba en escapar. Mi amiga se alejó un poco de donde estaban ellos y por suerte no la buscaron‘, contó Lima.

Los sujetos sacaron algunas cosas de la moto del muchacho y escaparon. Después, Lima manejó hasta el Hospital Marcial Quiroga y luego fue derivado al Rawson. Allí detectaron que el plomo se había incrustado en la quinta vértebra lumbar de su columna y quedó internado en ese centro de salud.