Sin escapatoria. Todo indica que el hombre, en aparente estado de ebriedad, cayó al canal y se ahogó. El cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial para la autopsia.

El triste final de Juan Ramón Domingo Mereles (48) tranquilamente podría inspirar una nueva edición de la novela "Crónica de una muerte anunciada", del colombiano Gabriel García Márquez. A familiares y vecinos no los tomó por sorpresa que el hombre en la mañana de ayer haya aparecido sin vida en un canal, ahogado, a pocas cuadras del rancho donde vivía solo, en inmediaciones de Rodríguez y Necochea, en Chimbas. Al contrario. "No nos extrañó lo que pasó, era de esperarse algo así", sentenció una mujer que tenía trato con él desde hace años.

"Juancito", como le decían los más cercanos, era un conocido personaje de la zona. Soltero y sin hijos, se dedicaba a mendigar y, cuando tenía algo de voluntad y pese a que caminaba con dificultad por un accidente que tuvo hace años, recorría largas cuadras juntando chatarra o hacía alguna que otra changa para ganarse unos pesos. El problema era que a ese dinero lo gastaba en alcohol, adicción que lo tenía "muy perdido" desde hace un largo tiempo y que en varias ocasiones lo llevó a estar al filo de la muerte. "Andaba caminando sobre la cornisa. No es la primera vez que lo sacan de ese canal. No andaba por buen camino, no era consciente de los peligros que corría cuando se alcoholizaba", lanzó una familiar cercana (pidió reserva de su nombre), a simple vista poco compungida por el fallecimiento.

"Le gustaba mucho el vino. Sabíamos que podía pasarle algo así, no nos sorprende"
Vecino del fallecido


Otro vecino comentó que era común que se quedara dormido al lado de los canales. "Se le pasaba la borrachera y seguía", contó. Y también aseguró que era normal que se desapareciera por algunos días. "Uno ni cuenta se daba cuando no estaba. Muchas veces lo traía la Policía muy borracho y lo dejaba en la puerta de su casa. Por ahí se perdía uno o dos días, andaba por ahí, y después volvía. Así siempre", dijo.

Pero esta vez lamentablemente su suerte fue distinta. A eso de las 7 de ayer, un obrero de una finca que iba a abrir una compuerta de una derivación del canal Benavídez lo halló adentro del cauce. De inmediato llamó a la Policía para avisar sobre la presencia de ese cuerpo en el fondo del cauce, ubicado en calle Rodríguez, unos 500 metros al Este de Luna, en la zona chimbera de El Mogote. Minutos más tarde, policías de la seccional 17ma llegaron al lugar y constataron la existencia del cadáver, que estaba vestido, boca abajo y muy hinchado. Para los investigadores llevaba más de 24 horas en el lugar. Al lado de él había un perro muerto.

Según fuentes policiales, a simple vista el cuerpo no evidenciaba heridas violentas que pudieran haber causado su muerte, por lo que los investigadores creen que se ahogó al caerse, quedando su destino echado para siempre. Y también suponen que muy probablemente Mereles estaba alcoholizado al momento de la desgracia. "Se puede decir que fue una muerte anunciada", coincidieron ayer familiares, vecinos y la Policía.