Lo primero que dijeron en la Policía fue que se trataba de un accidente, una fatalidad producto quizás de la caída casual de un automovilista por un barranco en las afueras de Pedernal, Sarmiento. Pero algo no cerraba porque el cadáver estaba atravesado en el asiento trasero y tenía destrozada la cabeza, además que habían manchas de sangre en la parte exterior del rodado. Eso y otras cosas más tarde llevaron a una única conclusión: no era hecho fortuito, se trataba de un homicidio, al parecer cometido en otro lugar. Al muerto, un ganadero del mismo pueblo, le habían partido el cráneo dándole al menos dos golpes desde atrás, aparentemente con un hacha o con un elemento filoso y pesado, y después lo metieron a su coche para arrojarlo por ese precipicio de 20 metros ubicado a un costado de la ruta 153 y a 1 km antes de llegar a Pedernal.

Su nombre era Néstor Onofre Moreno (50) y todo indica que su muerte fue a causa de una venganza o un tema pasional. Justamente esas dos hipótesis condujeron al juez Maximiliano Blejman y a los efectivos de la Seccional 8va a detener a Nelson Daniel Chaparro (53), quien aparentemente había tenido disputas con la víctima. También arrestaron a Andrés Rosselot (19) y Pedro Jiménez (23), dos amigos del principal sospechoso a los que vinculan con el cuatrerismo en esa zona de Sarmiento.

Moreno desapareció la noche del miércoles. Esteban Ozán, su cuñado, contó que el ahora fallecido salió de su casa a eso de las 22.30 con la misión de acercar con su auto a un joven que trabajaba con él. Lo dejó en otra parte del pueblo, luego pasó a saludar a un amigo y de ahí dijo que se iba a hablar por celular. Como en Pedernal no hay señal, Moreno supuestamente tomó rumbo hasta cerca del viejo dique Las Crucecitas para poder llamar (todos los habitantes van a ese lugar). No se sabe si llegó ahí, o lo atacaron en otro lugar. Lo cierto es que no volvió a su casa. Unos parientes lo fueron a buscar en la madrugada y recorrieron dos veces ese lugar, pero no vieron nada en la oscuridad. Ayer a las 7, uno de sus cuñados volvió a pasar y ahí sí vio al Renault Megane en el fondo del barranco. Moreno estaba adentro del coche con la cabeza partida. No le faltaba nada. Los policías de Los Berros creyeron que era un accidente, pero luego la juez de Paz, Alejandra Dománico, alertó de que se trataba de un crimen a partir de los datos que recababa. Según la Policía, Moreno tenía problemas con Chaparro y sus amigos porque hace un mes los denunció por el robo y la faena de dos caballos, además porque supuestamente tuvo antes un romance con la mujer de éste. De ahí que sospechen de Chaparro. Anoche buscaban el arma homicida.