Un hombre fue demorado por el crimen del diácono Guillermo Luquin, que fue encontrado muerto el domingo en su casa de Lomas de Zamora. Los investigadores descubrieron que el sospechoso se había contactado con la víctima a través de Messenger horas antes del hecho.

El detenido fue trasladado por la Policía Bonaerense a la Fiscalía N°4 de Lomas de Zamora para que sea entrevistado por el fiscal de la causa, Gerardo Mohoraz. Tras declarar, el hombre recuperó su libertad.

Durante toda la jornada del lunes, el fiscal recibió una serie de testimoniales, entre ellas, la de hermano de Luquin y otros familiares con el fin de reconstruir sus últimas horas e intentar identificar a algún sospechoso o si tenía algún conflicto.

La principal hipótesis descarta que se haya tratado de un hecho de inseguridad y apunta cuestiones personales y a que la víctima conocía a su asesino y le permitió la entrada a su vivienda, ubicada sobre la calle Bombero Ariño 829, de Temperley. Es que en los accesos a la propiedad -en la que Luquin vivía solo- no habían sido violentados y se encontró un juego de llaves colocado en la reja del frente. En la mesa de la cocina había una gaseosa y dos vasos servidos.

Los detalles de la autopsia

La autopsia al cuerpo del diácono Guillermo Luquin, asesinado este domingo en su casa de Temperley, reveló que presentaba un golpe en la cabeza y cinco lesiones superficiales producidas con un arma blanca.

El resultado del peritaje fue contundente y confirmó la hipótesis que se empezó a manejar a partir de los rastros que se encontraron en su casa tras el ataque. Luquin sufrió un traumatismo de cráneo que pudo generarse a partir de un golpe con el velador que hallaron roto en la habitación.

Esa y otras lesiones evidencian que el diácono intentó defenderse de una agresión. Es que los especialistas determinaron que sufrió cortes en los brazos y en las manos, que son signos típicos de defensa cuando una persona suele ser atacada con un arma blanca en la zona del tórax.

La autopsia también arrojó que la herida que causó la muerte fue en la vena yugular. Y el cuchillo que fue utilizado para generarla lo encontraron abandonado en la escena del crimen, en la cocina de la casa.

En la propiedad encontraron distintas manchas de sangre que coinciden con las heridas detectadas: evidenciaron goteos, pero también signos de arrastre, además de la mancha más grande, debajo del cuerpo del diácono.