Alrededor de 100 personas marcharon por el centro ayer en la tarde, exigiendo justicia y mayor seguridad en las calles tras el crimen, aún impune, de Javier Cano, el joven de 18 años que murió luego de recibir un certero puntazo en el pecho cuando esperaba con otros cinco amigos un micro o un remís para volver a sus casas en la zona de La Legua, Santa Lucía, luego de pasar una noche en el boliche.
Ese caso, aún impune, ocurrió en la madrugada del domingo 6 de diciembre en la céntrica esquina de 9 de Julio y avenida Rawson, en la esquina del Colegio Don Bosco, Capital.
No fue la única manifestación. También ayer en la tarde los amigos y familiares de Rodrigo Segovia (16) marcharon para reclamar justicia por su muerte, ocurrida en Concepción, Capital, el día previo al asesinato de Cano, con la diferencia de que el autor del homicidio y sus cómplices están presos.