San Juan, 7 de septiembre.- Aún no cumplía 18 años y ya sabía cuál era su vocación. Ni bien llegó a la mayoría de edad buscó ingresar al Ejército y la convocaron rápidamente. Su objetivo: “Quiere ser rescatista para ayudar a la gente”, contó su hermano.
María Eugenia Alcayaga, la soldado calingastina de 19 años que desapareció el viernes pasado tras haber viajado al Regimiento 16 de Uspallata, es la tercera de 8 hermanos. Y siempre se relacionó mucho con uno de ellos, Emanuel, quien contó que “salía siempre conmigo. Nosotros siempre decimos que es bastante varonil. De hecho, siempre ha estado rodeada por más amigos varones que mujeres”.
A la vez, el hermano destacó que “es una chica muy sociable. Está siempre rodeada de amigos. En este momento se nos acercan muchísimas personas que quieren ayudarnos y nos cuentan que son amigos de ella, nosotros ni los conocemos”.
La idea de ingresar al Ejército siempre estuvo en la cabeza de María Eugenia. Eso, a pesar de que en su familia los únicos vinculados con esa fuerza son unos primos con los que no tiene mucha relación. “Para nosotros fue raro que ella quisiera entrar el Ejército, pero la acompañamos. Siempre quiso ser rescatista, es lo que más le gusta”, relató su hermano.
Lo primero que hizo María Eugenia para cumplir su objetivo fue presentarse en el RIM 22, pero le dijeron que no estaban incorporando mujeres. Entonces, probó suerte en el Regimiento de Uspallata. “Ella fue y al otro día la llamaron. En ese momento empezó el curso y se transformó en soldado voluntario”, contó Emanuel.
El ingreso al Ejército le impidió seguir con el deporte que realizaba hacía más de 5 años, ciclismo de ruta. Pero la incentivó a terminar sus estudios. “Está estudiando en una escuela de Uspallata para terminar el Secundario. Rinde libre las materias para poder seguir con su trabajo”, contó su hermano mientras le temblaba la voz.

