En la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión de la Seguridad Pública resolvieron suspender preventivamente a los dos policías acusados de rayar con pintura el auto de un colega, supuestamente por venganza. Fuentes oficiales confirmaron que les abrieron sumarios administrativos al oficial inspector Gastón Darío Cuello y al cabo Gerardo Andrés Albarracín, quienes ya están imputados en una causa penal por el delito de daño agravado. La suspensión preventiva es por 30 días, aunque luego ese plazo puede irse extendiendo, e implica la retención del cien por ciento de sus haberes, explicaron fuentes vinculadas al caso.

Si bien la causa es reciente y la UFI Delitos Especiales tiene 8 meses para llevar adelante la investigación, es un hecho que si a los policías les recae alguna condena, sea de ejecución condicional o efectiva, serán exonerados de la Fuerza, siempre y cuando el fallo quede firme.

En las próximas horas los dos sospechosos serán citados a declarar en el marco de la investigación interna que corre por cuenta de Control de Gestión, actualmente al mando de Ignacio Coronado. Por recomendación de sus defensores, el viernes, en la audiencia en la que quedaron formalmente imputados en la causa penal, ambos eligieron no dar sus versiones ante la jueza de Garantías Gema Guerrero, quien dispuso excarcelarlos. Cuello y Albarracín, ambos con último destino en el Comando Radioeléctrico, habían sido detenidos el miércoles, a pedido del fiscal Renato Roca, quien sospecha que fueron ellos los que rayaron con pintura el Renault Logan de otro policía, llamado Néstor Páez, que trabaja en el CISEM. La hipótesis de los pesquisas es que lo hicieron en venganza porque Páez había informado que durante la madrugada del 24 de julio, ambos estuvieron parados un largo rato, posiblemente durmiendo, en lugar de andar patrullando.

Todo indica que, para desquitarse, el 29 de julio llegaron hasta el CISEM en moto y le pintaron el auto a Páez con aerosol rojo, en todo el lateral izquierdo. El ataque fue infantil, pues no advirtieron que iban a quedar grabados por las cámaras de seguridad, al igual que la patente de la moto en la que andaban, que era de uno de ellos. En ese momento comenzaron los problemas para ellos, y ahora se agravaron.