El dueño de una distribuidora de gaseosas fue asesinado de un tiro en la cabeza en la puerta de su vivienda de la localidad bonaerense de Florencio Varela. El caso se investigaba como un posible ajuste de cuentas y ocurrió el lunes a la madrugada cuando la víctima, Adolfo Coronil (64), salió a ver quién había tocado el timbre.