Silvio había hablado esa noche con su mamá. Le contó que estaba en casa de su pareja y que fue a ver a su nene. Él parecía tranquilo, en cambio la chica se notaba preocupada. En una suerte de confesión, ella le dijo a su suegra: "yo quiero cambiar, no quiero llevar la vida de antes y quiero ser una señora". También le anunció que "hasta que él no cambie, conmigo no va más…" Aquella charla telefónica se dio como a las 21 del lunes y nada hacía suponer que algo terrible sucedería. Una hora y media más tarde, el muchacho apareció herido en esa casa de Rivadavia de un cuchillazo en el pecho que acabó con su vida. La chica, que se hizo la desentendida, ahora está presa como principal sospechosa de este asesinato con tintes pasionales.

El crimen de Silvio Sebastián Poblete Aciar (21) apuntaba en dirección a su pareja, Marilyn Gisele Ocampo (24), que tiene dos hijos varones y uno de ellos -de 11 meses- del ahora fallecido, informó la policía. Él, un obrero de la construcción venido de Iglesia. Ella, una chica aparentemente conflictiva: tiene un expediente contravencional en un juzgado de Faltas por presunto ejercicio de la prostitución, una causa penal por supuesta corrupción de menores -las hacía prostituirse- y un pedido de captura por violencia familiar y lesiones agravadas por golpear a su madre y a su tía, precisaron fuentes policiales.

Silvio conoció hace más de un año a Marilyn en Rodeo, después se fueron a vivir a Rivadavia. Los parientes de Poblete Aciar contaron que siempre tenían problemas. "Él (por Silvio) era tranquilo y vivía trabajando. Era ella la problemática", dijo María Aciar, la mamá del joven. "Lo controlaba. A cualquier hora lo llamaba y no lo dejaba jugar a la pelota, ni siquiera tener amigos. En una ocasión llegó a quemarle la ropa, y le hacía escándalos", agregó su tío David. La familia del joven no tenía contacto con la chica.

Alquilaban una casa de calle Sargento Cabral, pero en la última semana decidieron separarse. Fue así que el jueves pasado, Ocampo se fue con sus hijos a una precaria vivienda de calle Calívar, casi Benavídez, Rivadavia. Silvio iba a visitarla. De hecho, el lunes a la noche él había ido a verla. Fue en esos momentos en que el joven habló por celular con su madre y también lo hizo Marilyn. Lo que pasó después, es lo que ahora investigan los policías de la Seccional 23ra. Supuestamente los jóvenes estaban solos con los chicos, y lo que creen los investigadores es que hubo una violenta discusión de pareja.

Fue a las 22.30 cuando Ocampo pidió ayuda a su vecino Pedro Abaca. Ese hombre encontró a Silvio Poblete Aciar con un cuchillazo en el pecho y tirado en la cocina de esa casa de calle Calívar. "La chica nunca me dijo qué le había pasado a su marido, sólo me pedía que lo llevará al hospital’, dijo el testigo. Abaca trasladó al herido en su camioneta hasta el Marcial Quiroga, pero llegó sin vida. El puntazo fue directo al corazón, según constató el forense Alejandro Yesurón, dijo la policía.

La versión que dio Marilyn fue que Silvio llegó herido de la calle y se desplomó apenas entró a la casa. El relato no convenció al comisario inspector Jorge Tejada y sus policías, que notaron desorden y unas cosas rotas en la vivienda, como si hubiesen peleado. Y encima, encontraron un cuchillo tipo Tramontina con manchas de sangre arriba de una tela media sombra de la propiedad que podría ser el utilizado en el crimen. Otro dato es que la chica tenía manchas de sangre en su jeans y sus zapatillas, dijeron. Lo extraño fue que afuera de la casa no había sangre ni hallaron testigos que hubiesen visto un incidente o una agresión contra Poblete Aciar. Eso puso en el centro de la escena a la chica, como única sospechosa del homicidio.