La tarde del 18 de enero de 2013 quedará marcada en la vida de los Gaitán y los Solares de Jáchal, como la bisagra de un cambio violento y letal: ese día, los jefes de hogar de ambas familias y dos de sus hijos se trenzaron en una discusión por los espacios de explotación de áridos (ripio, arena, piedras) en el río Jáchal, y el resultado fue trágico: Angel José Solares (24) encajó un certero golpe con una azada en la cabeza del hijo de Gaitán, David Gabriel (32), y lo condenó a la muerte porque le fracturó el cráneo y le provocó una hemorragia irreversible. Dejó de existir al otro día.

Ayer, la fiscalía y la parte querellante y la defensa alegaron ante el tribunal de la Sala I de la Cámara Penal, sobre cómo debe calificarse ese delito y las opiniones fueron muy distintas. Para el fiscal Gustavo Manini quedó probado que Solares no tuvo intención homicida cuando caminó unos 30 metros hasta el lugar donde discutían por unos montículos de arena. Y no dudó en matar a Gaitán con la azada. Pidió que lo condenaran a 12 años de cárcel por homicidio simple o en todo caso que se considere el delito como un crimen con dolo eventual, pues Solares sabía que podía matar con la azada y no le preocupó ese resultado. Para el fiscal, quedó claro que Gaitán no atacó a Solares y no tenía ninguna herramienta en sus manos.

Los abogados de la familia Gaitán pidieron una pena más dura. Cristian Marchessi y Juan Ponce consideraron que Solares mató con alevosía porque Gaitán recibió un golpe desde atrás en la cabeza y no pudo defenderse, pero en lugar de pedir perpetua (la única pena que cabe para un homicidio con ese agravante) pidieron 18 años de castigo.

Totalmente opuesta fue la postura del defensor Rolando Lozano. En su alegato criticó duramente la instrucción policial, que no permitió tener datos más precisos sobre la escena del crimen y otras circunstancias. E insistió en que Solares actuó en legítima defensa y debe ser absuelto, ya que -dijo- quedó probado que la víctima quiso golpear con una pala a Solares y que éste esquivó ese ataque y replicó con otro que sí llegó a destino.

El próximo viernes, los jueces Silvia Peña Sansó, Raúl José Iglesias y Juan Carlos Caballero Vidal (h), escucharán las últimas palabras del acusado y darán su veredicto.