En la previa parecía el golpe con el menor riesgo y la mayor recompensa. Porque el blanco elegido era un vagabundo que siempre solía embriagarse y porque el dato hablaba de que en su poder tenía la plata de un juicio a su favor. Minutos después de las 5.30 del 13 de febrero de 2009, dos jóvenes llegaron a un rancho de la Villa Candelaria (Concepción, Capital) resueltos a vencer cualquier resistencia y a llevarse ese supuesto jugoso botín. Pero el plan se complicó de entrada cuando la víctima se resistió y entonces el asalto ideado terminó con un crimen brutal (le dieron 11 puñaladas), el incendio del rancho con víctima y todo, y un magro botín (un poco menos de 100 pesos y sus zapatillas). A los pocos días toda esa secuencia quedó clara para la policía y la justicia con los dos sospechosos identificados: Mariano Omar Riveros (mendocino, prófugo) y José Sebastián Vega, que entonces tenía 18 años y resultó ser el autor del homicidio, según la versión de dos testigos claves para el caso: dos presos que compartieron encierro con él y escucharon de su boca la confesión de la maniobra. Ayer, el juez Juan Carlos Peluc Noguera (Sala II, Cámara Penal) le dio 10 años de cárcel por esos aberrantes delitos contra Luis Franklin Salinas (51), a los que calificó como robo seguido de muerte e incendio.

Así, el magistrado adhirió a la propuesta de juicio abreviado realizada la semana pasada, cuando el imputado (alias "Seba", "Yeyo" o "Pelado") confesó y aceptó cumplir 10 años de cárcel, en un acuerdo celebrado también entre su defensor oficial, Mario Vega, y la fiscal de Cámara, Alicia Esquivel Puiggrós.

La muerte de Salinas había conmovido profundamente a los habitantes de la Villa Candelaria, porque la víctima, a quien le llamaban "El Feo", era un hombre que no tenía problemas con nadie. Todos conocían su debilidad por el alcohol, pero siempre rescataron su predisposición a ayudar, su amabilidad y el respeto hacia sus vecinos.