Dicen que en toda fiesta siempre hay un borracho “cargoso”. Y en el cumpleaños aquella noche de febrero, no faltó uno que empezó haciéndose el gracioso y provocó una pelea con otro de los invitados y todo terminó en una tragedia. No hubo armas de por medio, hay testigos que aseguran que sólo fue un empujón y otros hablan de una trompada, pero el resultado fue el menos esperado: Alfredo Fabián Valdez se fue de espalda, golpeó la nuca contra el pedal de una moto y no se levantó más. Así fue que de un minuto a otro la fiesta acabó con un muerto y días después con uno de los invitados acusado de asesinato. Dos meses pasó preso hasta que le atribuyeron un homicidio atenuado, el preterintencional, y quedó libre. Esa es una figura intermedia entre el homicidio simple y el culposo, y se configura cuando alguien quiere cometer un daño en la salud de otro pero no la muerte, aunque su acción desencadene ese resultado letal.

Por eso Cristian Enrique Villafañe recuperó su libertad tras ser procesado sin prisión preventiva, por el juez a cargo del Cuarto Juzgado de Instrucción, Benedicto Correa. En su fallo, el magistrado afirma: “La denominación homicidio preterintencional obedece al prefijo ‘preter’ que significa ‘más allá de’, por lo que preterintencionalidad significa ‘más allá de la intención’”.

Y más abajo agrega: “No albergo duda alguna, que en la presente causa, Villafañe tuvo la determinación de cometer un acto por sí mismo antijurídico, que derivó en un resultado más grave y que no fue querido ni previsto por el encartado. La muerte de Valdez se presentó como una consecuencia de una conducta lesiva que hacía inimaginable el resultado para Villafañe”.

Y es que la madrugada del 7 de febrero último, tanto Valdez (41) como Villafañe (32) estaban tomando y divirtiéndose en el cumpleaños de Franco León en calle 25 de mayo al 979 del Bº Chimbas I, en Chimbas. Cada uno por su lado había estado bebiendo desde más temprano. Los testigos son coincidentes que Valdez empezó a hacer bromas y molestar a los jóvenes. Se puso tan ‘pesado’, aseguran, que le sugirieron al yerno (con el que andaba) que se lo llevara y después directamente le pidieron al propio Valdez que se marchara, lo que no hizo.

Cerca de las 4, la madre del cumpleañero corrió a todos de la casa. La cuestión fue que casi todos salieron a la puerta y ahí Valdez, que seguía alterado, le tocó la cola y le dijo algo a Villafañe. Unos testigos afirman que este último sólo largó unos manotazos para empujarlo. Otro dicen que el dio una trompada. Lo cierto es que Valdez cayó de espalda sobre una moto, con tanta mala suerte que la parte trasera de su cabeza golpeó contra el pedalín de hierro desnudo del rodado y sufrió una profunda herida que le costó la vida en pocos minutos.

Villafañe, asustado, escapó pero a los tres días cayó, luego de que un testigo se quebrara y contara la verdad. Hasta entonces otros testigos decían que Valdez se había resbalado y caído solo.