‘Pido disculpas a la familia Sirera y a todos ustedes (tribunal y las partes) por todo esto’, dijo, compungido, el confeso homicida del abogado Francisco Sirera (61), el comerciante Sergio Daniel Fernández Santa Lucía (31), al momento de sus últimas palabras en el juicio. La actitud de su padre fue muy opuesta: ‘Somos inocentes, no hay otra eventualidad que esa’, reiteró Federico Fernández Gizzi (56) ante los jueces Ernesto Kerman, José Atenágoras Vega y Juan Carlos Peluc Noguera (Sala II, Cámara Penal). Y ya ante los periodistas, disparó otra vez contra su hijo: ‘¿Cómo voy a instigar a mi hijo, más si le faltan dos dedos de frente, no ven cómo está?’.
Para entonces, ya sabía que el tribunal lo había condenado a 17 años de cárcel por aquel homicidio simple perpetrado el 19 de mayo de 2014, cuando el letrado llegaba a su casa en Capital. Y que a su hijo le dieron 3 años menos, por colaborar al mostrarse arrepentido y confesar su autoría y la vinculación de su papá.
Tras conocer el fallo, los familiares de Sirera salieron en silencio de la sala de juicio, mostrándose ‘conformes’.
El abogado de Fernández Gizzi anticipó que reclamará ante la Corte de Justicia por el fallo.
Así, el tribunal le puso fin con duras penas al resonante caso, al entender probado que ambos fueron coautores de un homicidio simple.
Al momento de los alegatos, la fiscal Leticia Ferrón de Rago consideró sin embargo que los grados de participación de los acusados fueron distintos: al hijo le atribuyó autoría y a su padre participación primaria, necesaria e instigar a su hijo a matar. Por eso había pedido 20 años de castigo para el mecánico y 17 para su hijo, pues no le quedaron dudas de que el mayor de los acusados tenía motivos para terminar con la vida de Sirera a causa del deterioro de la relación abogado cliente que tuvieron.
La confesión del menor de los acusados, el ADN positivo de sangre de la víctima en la bayoneta secuestrada a los acusados y también en la ropa del homicida, fueron parte de las pruebas claves destacadas por la fiscal al momento de pedir condena.
A su turno, el defensor oficial Carlos Reiloba pidió el mínimo de la pena para el confeso asesino y criticó a su padre: ‘¿Cómo se arruina la vida de un hijo? Parece que la respuesta la encontraron en este debate. Quedó claro que quien tramó esta maniobra maquiavélica y siniestra fue Fernández Gizzi, para quien su hijo es una cosa más’, dijo el letrado.
Adrián Riveros pidió la absolución de Fernández Gizzi o una pena por amenazas, pues eso dijo su hijo que su papá le pidió hacer contra el abogado. Anticipó que reclamará ante la Corte.