Con el aporte de los chicos, la Policía volvió a rastrillar el lugar donde dijeron que vieron a Álvarez haciendo fuego. Y allí apareció el cuerpo descuartizado.

Eran cerca de las 9 del pasado jueves cuando 4 amigos (17, 14, 12 y 10 años) partieron rumbo al campo a cazar pajaritos. En ese momento no se imaginaban que iban a estar frente a un posible crimen y mucho menos que días después iban a ser la clave para que los investigadores pudieran hallar partes del cadáver que el supuesto homicida intentó ocultar al enterrarlo en esa zona descampada. ¿Por qué Diego Álvarez es el principal sospechoso? Esos chicos lo vieron haciendo fuego en el lugar donde apareció el cuerpo. El papá de uno de ellos (pidió no ser identificado), afirmó ayer que "mi hijo me contó que el tipo estaba sacadísimo, muy nervioso y que los corrió". Según su relato, basado en lo que le contó el menor, los chicos pusieron las trampas y se sentaron por ahí. "Cuando estaban ahí sintieron el ruido de una moto y vieron pasar al tipo, que cuando los vio pegó la vuelta. Al tipo se lo notaba muy mal, alterado, muy nervioso. Primero les preguntó si habían visto pasar a una chica petisa, morochita. Ellos le dijeron que no habían visto a nadie. Él les dijo que la andaba buscando y se ofrecieron para ayudarlo", afirmó el hombre. Pero el sujeto se negó: "Necesito que me hagan un favor, ¿si yo les doy plata me harían una recarga? Les doy $500, me cargan $200 y con lo otro se compran algo para picar". Entonces el mayor se ofreció a ir, acompañado de otro. Y a los otros les pidió que se quedaran a cuidar las trampas. "Ahí se volvió loco, se sacó y los corrió a todos", aseguró el padre. "Se me van todos porque van a venir los de Fauna y se los van a llevar. Vayánse, háganme la recarga y déjense lo otro, pero se me van ya", les solicitó. "En eso que se estaban yendo vieron salir mucho humo de algo que se estaba quemando al lado de la moto. Me contaron que vieron mucho humo negro, como cuando queman gomas. Uno le dice: "Mire... ¿se le está por quemar la moto?". Ahí se enojó más: "No les calienta a ustedes, dejen ese humo... váyanse"". Según el hombre, los niños le vieron una mano con sangre. "Ese mismo día cuando mi hijo llegó a la casa me comentó, pero yo no le di importancia. Al otro día (viernes) cuando estábamos viendo la tele vimos que salía el tipo llorando y ahí me dijo que era él a quien habían visto, el que los había corrido: Álvarez".