"Mi hijo va a descansar en paz el día que ese tipo esté preso", dijo Vanesa Oro, al barde del llanto y con mucha bronca por la pena de ejecución condicional (sin encierro) que recibió el automovilista que chocó y mató a su hijo, Cristian Alejandro Pelaytay Oro (21), en un siniestro ocurrido el 13 de agosto pasado en Pocito. "Toda mi familia y yo estamos mal, muy angustiados, realmente parece que para la Justicia la vida de una persona no vale nada", disparó la madre, en desacuerdo con el juicio abreviado en el que Maximiliano Andrés Zabaleta (26) aceptó ser condenado a 3 años de prisión sin detención y 6 de inhabilitación para manejar vehículos con motor. Al pacto de Fiscalía con el defensor del imputado se opuso Gustavo Lloveras, abogado de la familia de la víctima. El acuerdo fue homologado de todos modos porque la opinión de la Parte Querellante no es vinculante.

La realidad es que a Oro le cuesta entender y digerir los entramados judiciales. "La Justicia no actúa como tiene que actuar. Es cierto que hay un problema de leyes, hay que modificarlas, es una vergüenza que no vaya preso con lo que hizo... parece que la vida de mi hijo no vale nada", insistió, ahora con la voz quebrada.

El día de la desgracia, alrededor de las 17,40, la víctima conducía una bicicleta todo terreno hacia el Norte por la avenida Joaquín Uñac. Iba a ver a sus abuelos, pero entre las calles 12 y 13, en Pocito, fue embestida desde atrás por una camioneta Chevrolet S10 que guiaba Zabaleta y no sobrevivió.

"Ese tipo merece un castigo más duro porque acá no hubo un accidente. (Zabaleta) venía por la banquina desde mucho antes y atropelló a mi hijo a 130 km/h. Mi hijo nunca se le atravesó, yo misma vi los videos de las cámaras de seguridad. Fue muy duro, me destrozó el alma", arremetió la madre.

Luego contó que "con mi familia la llevamos como podemos, es muy difícil la vida sin Cristian". El joven era su primer hijo y el único varón. Tiene dos hijas, de 20 y 19 años, ambas con un problema renal crónico. El día después del siniestro fatal la víctima iba a hacerse unos estudios para ser donante de riñón.