Desesperados. Así estaban ayer Clara Vicentela y sus familiares en la puerta del Hospital Marcial Quiroga. Querían respuestas, urgentes. Es que el segundo de los 5 hijos de Clara, Matías Paredes (15) está internado desde el sábado en la noche en ese nosocomio con la parte inferior de ambas piernas y el brazo izquierdo quemados con un químico que no saben qué es. ‘El médico nos dice que necesita saber urgente con qué se quemó para poder tratarlo, por eso le pedimos a la bodega Peñavid que digan que tiraron en ese pozo que tienen en el fondo de esa propiedad’, dijo la mujer.

En la misma situación se encuentra Exequiel Zeballos (10) también quemado en ambas piernas (sobre las rodillas) y su mano izquierda, dijeron familiares y fuentes policiales.

Todo pasó el sábado alrededor de las 18,30 en el predio que la bodega tiene en San Isidro y Laprida, en la zona de San Isidro, San Martín. Clara y su familia aseguran que los niños andaban por ahí porque el predio no tiene cerco ni alambrados ni ningún cartel que advierta que es propiedad privada y, sobre todo, que informe del peligro. Y que su hijo se quemó al resbalar cuando quiso rescatar al otro chico que había caído al pozo. Cuando la Policía conoció el caso, peritos de Criminalística y personal de Ambiente del Gobierno tomaron muestras, pero ayer no se sabía aún qué químico es el que arrojaron en ese lugar.

‘Eso es un peligro, hasta para los propios obreros de ellos, pero también para los niños del barrio Independencia, que está a una cuadra de ahí’, dijo la mujer.