La lluvia había hecho que los obreros prendieran una fogata en ese baldío, a la espera de que llegara el encargado a abrir el taller. De pronto, a un muchacho se le ocurrió ir a orinar y, para tener privacidad, se metió al predio de esa bodega abandonada de Trinidad. Es más, entró a la vieja casa del predio y, sin querer, terminó encontrando un cadáver. Era el cuerpo de una mujer que estaba desnuda dentro del baño. La policía afirmó que la víctima no tenía lesiones, más allá de algunas marcas, producto de haber estado apoyada contra la pared y una letrina, pero es todo un misterio la causa de su muerte. La familia de la víctima sospecha que hay algo raro y no se explica cómo llegó ahí, ya que estaba desaparecida desde el lunes.
Esto ocurrió ayer cerca de las 9 en el predio de una bodega abandonada de calle O’Higgins, entre Estados Unidos y Circunvalación, en Trinidad, Capital. La fallecida se llamaba Rosa María Augusto, de 60 años, quien vivía con su hijo en una casa en frente de esa vieja bodega, indicó la policía. Según sus hijos, ella estaba enferma porque había tenido dos ataques cerebrales y no podía caminar bien. Sufría de mareos, pero jamás perdía la conciencia, explicaron. Su hijo Cristian no la veía desde el lunes en su domicilio de calle O’Higgins. Él creía que estaba en casa de su hermana Claudia, pero ésta, a su vez, pensó que estaba con Cristian. Por eso no la buscaron.
La víctima estaba desnuda, pues tenía bajada la bombacha, y con parte de su cuerpo sobre una letrina y otra parte apoyada en un rincón del baño. Los policías que inspeccionaron el lugar explicaron que la mujer aparentemente se sacó el pantalón joggins (lo tenía envuelto en un pie, con sus zapatillas) y la polera que llevaba estaba en el brazo derecho, como si se lo hubiera quitado ella misma. El médico legista que la revisó estimó que hacía 36 horas que había fallecido y que no presentaba heridas cortantes, de arma de fuego o de algún golpe, dijo el comisario inspector Aníbal Zárate, jefe de la Seccional 3ra. Eso sí, tenía hundida la piel y con llagas en la espalda y la cintura, posiblemente, por el tiempo que estuvo apoyada sobre la letrina y la pared, afirmaron. Los policías manejaban la hipótesis de que la mujer entró a orinar o a defecar y sufrió algún ataque que le produjo la muerte. Los hijos y sobrinos de la mujer, por el contrario, creen que alguien la llevó a ese lugar. ‘Ella no pudo haber entrado sola ahí, si no podía ni caminar. Y es muy extraño que esté desnuda. No entendemos qué pasó’, dijo Claudia. Anoche, todavía estaban a la espera del resultado de la autopsia.

