A cuatro meses y 12 días de la tragedia en la red cloacal de Rawson en la que se intoxicó y murió el obrero Rodrigo Sánchez (24), el juez Eduardo Agudo procesó por el delito de homicidio culposo al dueño de la empresa para la que trabajaba la víctima y al capataz que lo tenía bajo sus órdenes. No trascendieron los fundamentos del auto del procesamiento, pero ambos estaban acusados de haber obligado a Sánchez a ingresar a la tubería pese a que otro compañero advirtió que era peligroso y no contaban con elementos de seguridad.

La resolución dictada ayer por el juez del Primer Juzgado Correccional fijó que el procesamiento es sin prisión preventiva, de modo que el empresario Rubén Alberto Molina y el encargado de la cuadrilla, Guillermo Videla, continuarán en libertad. Eso sí, sobre el dueño de la empresa Fénix ordenó un embargo por 750.000 pesos y otro por 100.000 contra el capataz.

El accidente se produjo la tarde del 17 de febrero último. La empresa de Molina había sido subcontratada por la constructora Lbesa para hacer las soldaduras en los caños de la red cloacal, en Gral Acha y Progreso, en Rawson. Rodrigo Sánchez era uno de los obreros de la cuadrilla que hacía esas tareas y que respondía a las órdenes de Videla.

Uno de los sobrevivientes y testigo clave fue Juan Cortínez, el amigo de Sánchez, quien relató que la tarde de la tragedia estaban trabajando dentro de la tubería (de casi 1 metro de diámetro) y que en un momento quedó corto el cable que suministraba energía a la soldadora. Fue así que tuvieron que detener las tareas porque no tenían otro alargador. La versión es que Videla llamó a Molina para pedir directivas y le sugirió meter el grupo electrógeno al caño, que estaba en el exterior, para acortar distancias. El dueño ordenó que así lo hicieran. Cortínez advirtió que eso era peligroso, pero el capataz le dijo: ‘No seas maricón’. El problema es que ninguno llevaba máscaras con oxígeno ni otros elementos de seguridad. Y minutos después, la misma combustión del equipo electrógeno hizo que se consumiera el oxígeno, que el lugar se llenara de gases y empezaran a intoxicarse. Cortínez salió y pidió ayuda. El capataz luego fue rescatado. Y Rodrigo Sánchez quedó atrapado y fue retirado a las horas, pero ya muerto.