Los únicos detenidos por el homicidio culposo de Rodrigo Sánchez (24) en la cañería cloacal en construcción en Rawson, fueron trasladados ayer hasta el Primer Juzgado Correccional donde adoptaron caminos distintos: Guillermo Videla, jefe de cuadrilla y rescatado aquel 17 de febrero igual que otros dos obreros, se negó a dar su versión ante el juez Daniel Agudo.

Sin embargo Rubén Molina, dueño de la firma homónima, habló y negó haber dado la orden de meter el grupo electrógeno en funcionamiento dentro de la cañería. Por la emanación de los gases de esa combustión fue que murió Sánchez.

‘Mi cliente negó tajantemente haber dado la orden de meter el grupo electrógeno dentro de la cañería’, dijo ayer Gustavo De la Fuente, defensor de Molina. Ambos sospechosos siguen presos.