Un imprevisto giro tomó el caso de la mujer violada con el mango de un secador de piso la noche de Navidad, en una casa familiar del barrio Lihué: la Justicia detuvo al mediodía al concubino de la víctima, quien se mencionaba como el principal sospechoso, y al joven de de 21 años, quien se había encerrado con ella en el baño, lo que en principio habría motivado la agresión de su pareja.Sin embargo, luego de escuchar a varios testigos, la fiscalía dejó preso al joven, adjudicándole la autoría del ataque, y liberó al concubino, a quien a pesar de que se alivió su situación judicial, aún está bajo la mira de los investigadores.
El detenido es Simón Pedro Mallón, quien sería el novio de la hijastra de la mujer atacada. Había llegado con ellos como invitados para celebrar el nacimiento de Jesucristo a la vivienda de la manzana 21 de esa barriada de Guaymallén.


La víctima, una mujer de nacionalidad boliviana de 48 años, permanece internada y con pronóstico reservado en el hospital Lagomaggiore, por de las gravísimas heridas producto de la violación y también de una fuerte golpiza que recibió.Los primeros rumores de la investigación señalaban a la pareja de la mujer como el autor del brutal accionar. Daban cuenta de que la violenta reacción del concubino había sido en venganza porque este la había sorprendido en el baño de la vivienda en plena relación sexual con el joven ahora detenido. 

Los testimonios posteriores recolectados por la fiscalía empezaron a revelar otra historia totalmente distinta: el agresor no era el concubino, sino el hombre joven con el que se había metido en el baño.


Los testigos, según fuentes judiciales y policiales, precisaron a los detectives que la mujer ingresó con un joven al baño, que estuvieron un largo rato encerrados y que luego el muchacho salió solo y rápidamente desapareció del lugar.Fue entonces cuando al parecer la pareja de la víctima, con otra amiga de ella, fueron al baño porque no salía y la encontraron tendida en el piso, golpeada y en un charco de sangre, que luego reveló la terrible violación a la que había sido sometida.
Denunciado el hecho, los primeros investigadores que llegaron a la vivienda de la manzana 21 del barrio Lihué se encontraron con un escenario de notoria y profunda ebriedad entre la mayoría de los presentes.


Apenas dieron con un puñado de personas, o quizá menos, que estaban sobrias como para explicar lo que había pasado.Los relatos habrían sido confusos al principio. Por un lado, vieron a la mujer y al joven meterse al baño, luego vieron al concubino de la mujer con esta en el piso y la puerta del baño abierta. Las vivencias aisladas abrieron distintas versiones que recién se terminaron de aclarar. La fiscalía despejó sus dudas cuando junto con los testigos concluyeron que la pareja no estaba vinculada al ataque.



El hecho estaba caratulado como abuso sexual con acceso carnal, pero ahora se sumaría la figura de tentativa de homicidio.En ambos casos, las penas son graves. La violación tiene de 5 a 15 años de cárcel, mientras el intento de homicidio va de 5 a 12 años de prisión, tomando el criterio judicial más restrictivo.
Otra interpretación que se aplica en los tribunales señala que la pena mínima para este intento de asesinato es de 2 años y 6 meses.

Gravísimas lesiones

El parte médico del hospital Lagomaggiore, donde la mujer está internada en terapia intensiva, estabilizada hemodinámicamente, con pronóstico reservado y riesgo de complicaciones futuras, dio una cruda y puntual descripción de las lesiones con las que se encontraron los médicos al recibirla al borde de la muerte.
El medico José Luis Marengo, jefe de la Unidad de Terapia Intesiva, detalló que "se constata desgarro vaginal amplio que abarca la pared lateral izquierda, fondo de saco vaginal posterior y la pared lateral derecha, con solución de continuidad a peritoneo parietal a nivel de fondo de saco de Douglas".


Semejante daño obligó a una intervención quirúrgica. El profesional dio cuenta en el parte que "ingresó a Terapia Intensiva en el posoperatorio inmediato con inestabilidad hemodinámica y asistencia respiratoria mecánica, continuando con las medidas de reanimación".Finalmente, precisa que en las primeras horas del lunes 26 la paciente se encontraba estable y sin signos de sangrado, con una evolución satisfactoria aunque con pronóstico reservado.

Fuente: Diario Uno