Arnaldo Castro era un hombre conocido y querido en el barrio Santo Tomás de Santa Lucía. Allí lo conocían como ‘el viejito de los mandados‘, por su predisposición a echar una mano con los quehaceres domésticos de sus vecinos, a pesar de ser jubilado del municipio de Santa Lucía. Lo de viejito venía por ese problema en la columna y alguno que otro achaque que lo llevaban a caminar algo encorvado y a tener alguna dificultad para girar su cabeza. A causa de esos problemas la familia de su hermana, donde vivía, le tenía prohibido el paso hacia la avenida Hipólito Yrigoyen, pero a las 11,30 de ayer Arnaldo vulneró esa regla para cumplir con un mandado que, en cierta forma, parecía un cumplido pues la señora que le pidió ir a la avícola en República Argentina e Hipólito Yrigoyen, era la misma que le prepararía una torta: ayer Arnaldo cumplía 68 años, informó su sobrina Graciela Frassón.
Pero ese mandado sería lo último que Arnaldo haría. Cuando quiso cruzar Yrigoyen hacia el Norte, fue arrollado por la camioneta Kia Sportage que guiaba Susana González (59), dijeron fuentes policiales. Y desde entonces las chances de Arnaldo se fueron apagando. Llegó al Hospital Rawson, pero allí murió alrededor de las 16.
