En silencio. Ayer este diario intentó comunicarse telefónicamente con el médico Carlos Martínez, pero no fue posible obtener una versión de su parte.
 

Mabel (nombre de fantasía, 37), fue a ver al médico Carlos Martínez en 2001, por su segundo embarazo. Pero al cumplir siete meses cada consulta con su ginecólogo le resultaba un incómodo cuesta arriba, porque cada vez que iba la sometía una invasiva práctica exploratoria con sus dedos. "Cuando le pregunté que por qué me hacía tacto tan seguido si todavía faltaba mucho para el parto me dijo que era porque mi bebé ya estaba en posición y que en cualquier momento podía nacer... así me tuvo dos meses. Mi hijo nació a los 9 meses normalmente, sin ningún tacto".

Mabel es una de las tres mujeres que amenazan con denunciar a Martínez y complicar aún más su situación, pues el profesional ya registra tres denuncias: una Jáchal del año pasado, aún sin resolución, y otras dos en la Fiscalía de Carlos Rodríguez realizadas el lunes pasado y ayer.

"No me gustaba cómo atendía, no me gustó lo que me hizo y ahora entiendo por qué", dijo Mabel. Sin embargo, por esas cosas del destino Martínez volvió a cruzarse en su camino ocho años después, en el 2009. Fue cuando asistió a su consultorio casi por obligación. A la mujer le detectaron una mancha en el útero y otra vez cayó en los abusos de Martínez, explicó. Según la mujer, esa vez ocurrió lo peor, pues la frotó con una mano mientras tenía la otra en su bolsillo, supuestamente para obtener las muestras para un PAP.
 

Escándalo

Martínez quedó en el ojo de la opinión pública el miércoles, cuando se conoció el caso de una joven de 22 años, embarazada de 3 meses, que denunció haber sido manoseada el 27 de marzo, cuando lo fue a ver por una infección urinaria. El 5 de abril, la chica preguntó a una médica del mismo Cimyn sobre el protocolo de actuación en esos casos, la profesional le dijo que jamás debió tocarla, y hasta dio a entender que sabía de otras quejas de pacientes por la misma situación.

Ayer sumó la denuncia de una joven de 29 años que lo tuvo de médico de cabecera en su último embarazo y lo señaló como autor de un largo manoseo para conseguir un orgasmo que nunca consiguió por la incómoda situación.

Esta mujer dijo además que supo de comentarios sobre la suspensión de su matrícula como médico del denunciado, pero este diario se comunicó con el Colegio Médico y desde allí no confirmaron, oficialmente, si existe o no algún antecedente de sanción contra el médico denunciado.


Para la ley, el médico aún es inocente. Sólo una condena firme modificará su situación.