Veloz. En 8 días el juez Carlos Lima revisó el caso y resolvió.

Luego de que la Corte de Justicia apartara y sancionara al juez de Menores Jorge Toro por su actuación en un juicio por la violación a una menor, ahora el caso tuvo una nueva condena: el juez Carlos Alberto Lima castigó al acusado a 7 años y 6 meses de prisión efectiva, una pena mucho más dura que los 4 años que le había impuesto Toro, dijeron fuentes judiciales. Esa primera condena había quedado sin efecto luego de que en septiembre de este año el máximo tribunal declarara la nulidad de una parte importante del proceso y apartara al juez de Menores del expediente. Además, al magistrado lo sancionaron con una multa equivalente al salario mínimo del escalafón judicial (en ese entonces de poco más de $35.000). Los cortistas Humberto Medina Palá, Adriana García Nieto y Guillermo De Sanctis habían cuestionado las “irregularidades procesales” de Toro, como indagar al acusado en una etapa que no correspondía y perder la imparcialidad, ya que llegó a una condena, y también la demora en el avance de la causa.

Así, la Corte dispuso la conformación de un nuevo tribunal y el caso recayó en el 2do Juzgado de Instrucción. Como el juez Pablo Flores estaba de licencia, el que quedó al frente fue su par Carlos Lima, quien en 8 días evaluó todas las pruebas y resolvió.

El caso tuvo su origen el 6 de febrero de 2013, tras la denuncia de la madre de una niña de 6 años. El acusado, identificado como V.R.E, en ese entonces tenía 16 años. Según la acusación, las familias de ambos eran amigas y el joven aprovechaba que la niña a veces se quedaba en su casa de Capital para ultrajarla.

La jueza María Julia Camus (Juzgado Nº 2) investigó el hecho y a ese joven le achacó un abuso sexual simple. El fiscal Carlos Rodríguez pidió que la causa vaya a juicio y la magistrada lo hizo el 19 de octubre de 2015. Allí entró a actuar Toro, quien fijó el inicio del debate para el 3 de agosto de 2016. Sin embargo, ese día el fiscal solicitó la declaración de la víctima en Cámara Gesell, por lo que se postergó el proceso. Tras ese paso, Rodríguez hizo un nuevo requerimiento de elevación a juicio, pero por un delito más grave: abuso sexual con acceso carnal. Toro le tomó al acusado una ampliación de indagatoria y le imputó dicha figura. Luego, otro fiscal, Adolfo Díaz, volvió a pedir que la causa vaya a juicio con la última acusación. Así, el debate se llevó a cabo y el magistrado condenó al joven (hoy de 22 años) a 4 años de cárcel. Pero el fiscal apeló y el expediente llegó a la Corte.
Tras revisar el proceso, los cortistas apuntaron también a la tarea de esos dos fiscales que intervinieron, debido a que habían hecho “presentaciones indebidas” en cuanto al procedimiento.

El expediente llegó al despacho del juez Lima el 28 de octubre. Desde entonces tomó una serie de medidas, como volver a realizar las pruebas testimoniales y valorar los informes practicados a la menor. De los mismos se desprendió que presentaba un daño psicológico compatible al de una víctima de ataque sexual, además de lesiones en sus partes íntimas. En sus últimas palabras, V.R.E admitió su culpa y dijo estar arrepentido. Su defensor, Manuel Gimenes Puchol, intentó instalar que su entorno familiar era complicado y que podría haber sufrido un abuso. Eso no lo salvó de la condena a 7 años y 6 meses por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Cabe destacar que como al momento del hecho tenía 16 años, el juez aplicó una de las alternativas para castigar a menores: la escala penal para el delito en grado de tentativa. El fallo no está firme.